Con todo, conviene advertir que se trata de un escenario perfectamente posible. Por ejemplo, si el oficialismo desea un órgano electo, debería aceptar la propuesta de Chile Vamos de 50 miembros electos por circunscripciones regionales. Y si la centroderecha desea una incidencia relevante de los expertos, quizá conviene ampliar dicho órgano de 50 a 78 miembros, tal como ha sugerido una parte del Socialismo Democrático. Ello permitiría sumar 28 especialistas designados por el Congreso a los 50 integrantes electos por la ciudadanía, acogiendo parcialmente la propuesta de Amarillos por Chile.
Más allá de las dificultades propias de este tipo de negociaciones, nada impide que el resultado final del diálogo termine siendo positivo. De hecho, una fórmula mixta como la descrita no solo daría cabida a distintos criterios y fuentes de legitimidad —algo crucial en el contexto actual—, sino que además mostraría buena disposición para alcanzar acuerdos transversales de parte de diferentes actores políticos. Y esto es fundamental: tanto o más importante que un cambio constitucional exitoso es que la dirigencia política logre acuerdos transversales y eficaces. Es lo que, a fin de cuentas, espera la ciudadanía. (El Mercurio Cartas)
Claudio Alvarado R.
Director ejecutivo IES