En el panel de Pauta de Análisis, Hugo Herrera, filósofo y académico de la UDP, junto a Eugenio Tironi, sociólogo, y Rafael Gumucio, escritor y periodista, discutieron los recientes acontecimientos relacionados con Monsalve, en el contexto de la conmemoración de los cinco años del Estallido Social. Examinaron cómo estos dos terremotos políticos y sociales pueden estar interconectados.
Gumucio comenzó expresando que es muy tremendo lo que ocurrió este jueves, y agregó que “de confirmarse los hechos en su peor versión sería horroroso, tendríamos un violador en La Moneda y en su mejor versión, sería un descuido y falta de sentido común bastante terrible”.
Asimismo, explicó que, a su juicio, esto tiene que ver más con un descrédito y deformación de las instituciones. “Justo paso antes pasó lo de Muñoz y Vivanco, que tiene que ver con el desprestigio total que tienen que ordenar. La pregunta que nos tenemos que hacer como chilenos es ¿queremos saber todo caiga quien caiga incluido cayendo nosotros mismos, o si tenemos que ser un poco más hipócritas y hacer un poco más los tontos?”, cuestionó.
El periodista agregó que la institución de Carabineros y de Fuerzas Armadas “ya estaba totalmente desprestigiada, la política estaba totalmente desprestigiada y con razones” (…) “hemos ido recuperando las instituciones, sin saber que están llenadas de corrupción, de secretos, de horrores, pero diciendo bueno mira prefiero que exista esto a nada”.
Por su parte, Tironi coincidió con que lo ocurrido con Monsalve tienen relación con el desprestigio de las instituciones. “Yo creo que el estallido de ayer en La Moneda tiene bastante que ver con el estallido de hace cinco años, porque el estallido tuvo mucho de movimiento cultural y que tuvo como agente principalísimo el feminismo”.
“Fue el antecedente del 18 de octubre y fue un protagonista de ese movimiento y eso puso a la sociedad un estado en el cual no está dispuesta a admitir situaciones de abuso de poder y para qué decir de abuso sexual”, añadió el sociólogo.
Asimismo, añadió que tars el Estallido Social, se puso también a la sociedad ante una necesidad de transparencia y de actuación rápida y “quienes no han actuado rápido no han pagado carísimo en este tipo de materia”, dijo, destacando que “este es el aspecto positivo del estallido, lo negativo es que en verdad la crisis institucional no solamente no ha terminado, sino que se sigue acentuando”.
Herrera, desde la vereda de la filosofía y la academia, está muy en la línea de los otros panelistas, ya que señaló que hay una desconexión entre las élites y las instituciones, sugiriendo que las élites no están en sintonía con las necesidades y preocupaciones de la población.
Además, desde una mirada más histórica mencionó un paralelismo con la historia de Chile, donde las élites del pasado se alejaron de las realidades sociales, lo que generó un vacío de liderazgo y conexión con la gente y que tanto las élites de izquierda como de derecha viven en entornos segregados y están más enfocadas en sus intereses personales y agendas de grupo, en lugar de preocuparse por el bienestar general de la sociedad. (por Trinidad Vera Castro Pauta)
