Halloween constitucional-Roberto Munita

Halloween constitucional-Roberto Munita

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El cierre del actual (y esperamos, último) proceso constitucional coincidió con la celebración de Halloween en nuestro país, lo que provocó una serie de memes y posteos alusivos a esta celebración, para demostrar sus puntos de vista de rechazo a la propuesta. Los más gráficos en esto fueron los de Convergencia Social —partido del Presidente Boric— quienes inundaron las redes sociales con ciertos mensajes bajo el título “Una Constitución del terror”, y con el epígrafe: “conoce la propuesta de abusos de las derechas”.

No es malo per se que se utilicen símbolos masivos y populares para conectar con los electores. Incluso podríamos obviar la contradicción de la izquierda plurinacional al utilizar una figura importada e imperialista. Lo malo es que, en una peligrosa segunda lectura, los partidarios del “En contra” pueden estar generando —sin proponérselo— una campaña del terror que puede volverse en su contra. Esa sí que sería una pesadilla digna de Halloween.

Hoy la campaña del “En contra” sufre tres grandes problemas y tienen apenas mes y medio para surfear sobre ellos.

Primero, no hay comando, no hay voceros, no hay estructura. Y es difícil que los haya, al menos en el corto plazo. De hecho, el peor problema del “En contra” es que hay muchos en contras y muy disímiles entre sí. Si un empresario se compró la tesis de Marinovic y no quiere aprobar la propuesta constitucional aprobada por el Consejo, ¿estará dispuesto a poner plata en el mismo saco donde está el PC? Lo dudo.

El segundo problema tiene que ver con el contenido. En los últimos días han surgido distintos documentos con críticas al texto. Es evidente que se pueden plantear puntos negativos o mejorables. Sin ir más lejos, la propuesta constitucional está lejos de ser perfecta y es lógico: ninguna propuesta podría serlo. Pero las críticas que se han planteado, o están lejos de ser verosímiles y se convierten precisamente en esta campaña del terror, o bien son verosímiles, pero demasiado técnicas o de nicho y es muy difícil que puedan convertirse en asuntos de opinión pública.

Puede que sea negativo que el turismo se regionalice, o que haya demasiada protección de la “chilenidad”, pero no veo a la gente desechando el texto por eso, como sí lo hizo con el de la Convención, por terminar con la propiedad sobre los fondos de pensiones, por no reconocer expresamente a Carabineros o por convertir artificialmente a Chile en una masa conformada por distintas naciones.

El tercer problema, por su parte, parece ser el más grave de todos: es el silencio de La Moneda frente a esta campaña del terror. Viendo lo que han señalado personeros del Frente Amplio y el PC, no hay que ser adivino para suponer que en Palacio no les gusta el texto aprobado por el Consejo. El problema es que cada vez que el oficialismo critica el texto, dificulta más la estrategia del Gobierno de mantener su prescindencia al respecto. En otras palabras, los partidarios del “En contra” corren el riesgo constante de asociar esta campaña del terror al Presidente Boric. Y si éste pisa el palito (cosa que ya empezó a hacer, al soslayar sus primeras críticas), le hará la mitad de la pega al “A favor”, pues convertirá la contienda en un plebiscito a su gestión, lo que constituye un escenario poco favorable para el oficialismo, considerando las cifras de las encuestas. Esto salvo, por supuesto, que los Panamericanos se conviertan en una suerte de milagro e inviertan el clima de opinión en contra del Presidente.

Por supuesto, en el oficialismo no ven nada de esto. Se nota, pues de lo contrario estarían más preocupados de armar un comando, generar musculatura, mejorar el contenido de críticas a la propuesta y, sobre todo, blindar al Presidente. Pero, tal como en las películas de terror, el comienzo es una plácida escena donde nadie se imagina que viene lo peor, aún cuando el espanto esté prácticamente bajo sus narices. (El Líbero)

Roberto Munita