A las 11 de la mañana de hoy, 11 de marzo de 2018, Alejandro René Eleodoro Guillier Álvarez fue ungido como el nuevo Presidente de la República de Chile. Michelle Bachelet fue la encargada de hacerle entrega de los símbolos del mando y en ceremonia conjunta en el Congreso, el Primer Mandatario dio inicio a un nuevo período presidencial que termina el 11 de marzo de 2022.
En su primer discurso al país, agradeció Guillier el respaldo que le brindaron las fuerzas progresistas del Frente Amplio en segunda vuelta, factor clave para que el candidato de la Coalición por un Nuevo Chile superara por un cómodo margen al candidato de Chile Vamos, Sebastián Piñera.
En la derecha cunde el desánimo y el pesimismo ante esta nueva derrota y no paran las recriminaciones contra Manuel José Ossandón y José Antonio Kast, quienes son sindicados como los mayores responsables de este verdadero desastre para el sector.
Cabe recordar que en las primarias Ossandón atacó fuertemente a Piñera, y Kast, que fue directamente a primera vuelta, dirigió continuamente sus dardos contra el ex Presidente, generándose así una enconada disputa entre los dos candidatos de la derecha. Como resultado de dichos ataques, sumados a la intensa campaña de desprestigio desde las fuerzas oficialistas, Piñera tuvo que dedicar mucho tiempo a defenderse, lo que terminó por minar la confianza del electorado en su triunfo.
Lo que se creía sería un sólido resultado a favor de Piñera para ir al balotaje con una insuperable ventaja, terminó siendo una debacle, porque la alta abstención de los partidarios del ex Presidente le permitió a Alejandro Guillier hacerse del triunfo, dejándolo en la posición de privilegio para la votación del 17 de diciembre, donde finalmente conquistó nuevamente el poder para la Coalición por un Nuevo Chile.
Al igual que hace cuatro años, cuando Bachelet fue electa, la derecha se encuentra acéfala, derrotada y sin entender aún cómo fue posible que desaprovecharan la gran oportunidad de haber recuperado el poder, cuando el Gobierno de la Nueva Mayoría fue considerado el peor que ha tenido Chile desde el retorno de la democracia y el estado en que dejó el país no puede ser más malo.
Uno de los pocos dirigentes de Chile Vamos disponible, comentó que en estos cuatro años en que Guillier asume la conducción del país, Chile profundizará su retroceso, dado que el nuevo Presidente se comprometió con las fuerzas del Frente Amplio a cumplir con la exigencia que dicho conglomerado le hizo para brindarle su apoyo, cual es “terminar definitivamente con el modelo neoliberal que tanta injusticia y desigualdad ha generado en el país”. Con esta promesa, comentó este dirigente, el Frente Amplio le dio su apoyo en las urnas, logrando así el triunfo en el balotaje, lo que pone en riesgo a la vez, el futuro de Chile.
Lo mejor de esta columna es que está escrita en marzo de 2017, cuando todavía es tiempo de evitar que llegue a publicarse de verdad. (El Líbero)
Jaime Jankelevich, consultor de empresas