La huelga de unos 13.000 trabajadores paralizó este viernes tres plantas de montaje de los gigantes del automóvil de Estados Unidos, un acontecimiento que se ha convertido en una batalla ideológica con el presidente demócrata, Joe Biden, del lado de los sindicatos y el exmandatario republicano Donald Trump defendiendo a las empresas.
Esta es la primera vez en la historia que el United Auto Workers (UAW), el sindicato del sector del automóvil, convoca de manera simultánea una paralización que afecta a General Motors (GM), Ford y Stellantis, popularmente conocidos como los Tres Grandes de Detroit.
La huelga comenzó pasada la medianoche del jueves al viernes, cuando expiró el plazo que UAW había dado para llegar a un acuerdo.
El sindicato exige aumentos salariales del 40%, en línea con el crecimiento de los sueldos de los consejeros delegados de esas compañías en los últimos años, además de mejores condiciones para la jubilación y una reducción de la jornada laboral, entre otros reclamos.
Por ahora, solo están en huelga tres plantas de montaje: una de General Motors en Wentzville (Misuri), otra de Ford en Wayne (Míchigan) y otra fábrica de Stellantis en Toledo (Ohio).
De los 146.000 afiliados que tiene UAW, solo unos 13.000 están llamados a la huelga por ahora, es decir, el 8,9%. Sin embargo, la idea del sindicato es que las plantas convocadas se vayan rotando y, para ello, dispone de un fondo de 825 millones de dólares con el que compensar a los empleados que dejen de cobrar sus salarios.
Las posturas entre los sindicatos y las empresas todavía están distantes. Por ejemplo, la directora ejecutiva de General Motors, Mary Barra, concedió entrevistas el viernes a las cadenas ABC y CNN para rechazar públicamente la petición que han hecho los sindicatos para aumentar en un 40% los sueldos.
Ante esa petición, General Motors y Ford han propuesto un aumento del 20% en los próximos cuatro años.
Barra, cuyo salario aumentó un 35% en los últimos cuatro años y el año pasado llegó a 29 millones de dólares, dijo en ABC estar «frustrada» y «decepcionada» por la huelga, pero aseguró que las empresas siguen dispuestas a negociar.
De hecho, este sábado, está previsto que vuelvan a reanudarse las conversaciones, según un comunicado del presidente del UAW, Shawn Fain.
BIDEN DEFIENDE A LOS TRABAJADORES
Dada la magnitud de la huelga, Biden compareció ante las cámaras de televisión en la Casa Blanca para expresar su apoyo a los trabajadores.
«Las empresas han hecho algunas ofertas importantes, pero creo que deberían ir más allá para garantizar que las ganancias corporativas récord signifiquen contratos récord para el UAW», afirmó.
Además, Biden anunció que había enviado a dos miembros de su equipo a Detroit, a la secretaria del Trabajo, Julie Su, y a uno de sus asesores para temas económicos, Gene Sperling, para que actúen de intermediarios.
«Tengo la esperanza de que las partes puedan volver a la mesa de negociaciones para forjar un acuerdo en el que todos ganen», afirmó el mandatario, quien siempre se ha mostrado como un férreo defensor de la labor de los sindicatos.
Otros demócratas también han mostrado su apoyo a los trabajadores. El senador progresista Bernie Sanders tenía previsto participar este viernes en una manifestación en Detroit, mientras que algunos congresistas demócratas acudieron a las tres plantas en paro para transmitir su solidaridad.
TRUMP, DEL LADO DE LAS EMPRESAS
Por otro lado, las empresas recibieron el apoyo de Trump (2017-2021), defensor de los intereses empresariales y que aprovechó la ocasión para intentar sacar rédito político de cara a las elecciones de 2024, en las que podría volver a batirse contra Biden.
En una entrevista en NBC, criticó al presidente del UAW, Shawn Fein, e intentó despertar miedo entre los huelguistas.
«Los trabajadores se van a quedar sin trabajo porque todos esos autos se van a hacer en China», declaró Trump en un avance de la entrevista, que será transmitida en su totalidad el domingo.
Asimismo, la presidenta de la Cámara de Comercio de EE. UU., Suzanne Clark, emitió el viernes un duro comunicado en el que criticó el papel que ha jugado Biden en lo que se conoce como el «verano de las huelgas», un período de este año en el que se han producido numerosas huelgas en empresas importantes de Estados Unidos.
«La huelga del UAW y, de hecho, el ‘verano de las huelgas’, son el resultado natural de la estrategia del Gobierno de Biden de promover la sindicalización sin importar su costo», declaró Clark.
La huelga se produce en una de las industrias más importantes de la economía de EE.UU., la automotriz, y vital para su futuro con el diseño de vehículos eléctricos.
Según un estudio publicado en agosto por la consultora Anderson Economic Group (AEG), una huelga total de todos los afiliados del UAW, a diferencia de la actual que es parcial, podría resultar en una pérdida económica de hasta 5.000 millones de dólares después de diez días de paros. (Cooperativa EFE)