El huracán Nate tocó tierra cerca de la desembocadura del río Mississippi en Estados Unidos.
El ciclón que este sábado se había intensificado y se creía que podría llegar a ser de categoría 2 ha entrado finalmente en el país norteamericano con categoría 1.
Por el momento, ya ha dejado al menos 28 muertos y cuantiosos daños en Centroamérica.
Nueva Orleans, devastada por el huracán Katrina en 2005, y otras ciudades ubicadas en la costa del Golfo de México están bajo advertencia.
«Nuestro superequipo de FEMA (la agencia federal de gestión de emergencias) está preparado para el huracán Nate. Todo el mundo en Luisiana, Mississippi y Florida, por favor, escuchen a las autoridades locales y cuídense», escribió esta mañana en Twitter el presidente Donald Trump, que ya tomó medidas para liberar ayuda federal, en caso de que sea necesario.
El ciclón ha tocado tierra sobre las 7.00 (hora local) con vientos de 137 kilómetros por hora. El Centro Nacional de Huracanes estadounidense (NHC) espera que continúe desplazándose cerca de la costa durante la noche de este sábado y después se adentre en Mississippi, Alabama y Tennessee.
El NHC estima que las inundaciones puedan llegar hasta los 3,35 metros en algunas zonas y ha advertido de «una marejada ciclónica peligrosa».
Nueva Orleans ha emitido un toque de queda obligatorio a partir de las 18.00 horas para los locales y también se han emitido órdenes de evacuación para algunas zonas de esta ciudad, situada por debajo del nivel del mar.
«Nuestra peor amenaza no es necesariamente la lluvia, sino fuertes vientos y oleajes», ha dicho el alcalde, Mitch Landrieu.
En tanto, en México, donde no esperan el impacto directo de la tormenta pero sí que deje fuertes precipitaciones, el gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín, suspendió las clases a partir de ayer viernes y pidió «no bajar la guardia».
Luis Felipe Puente, coordinador mexicano de Protección Civil, también recomendó «evitar realizar actividades acuáticas, turísticas y recreativas» en el turístico Quintana Roo. (Emol)