El exministro de Hacienda, uno de los economistas a quienes escucha Evelyn Matthei y que apoyó a los senadores de Chile Vamos en aspectos de la negociación, defiende le urgencia de una pronta reforma que inyecte ahorro a la economía y destaca el préstamo y la licitación de stock como mecanismos técnicamente viables para un acuerdo político. “El rol de quienes creemos en la economía de mercado es defender siempre mercados competitivos. Nunca a intermediarios”, dice a propósito del rol de las AFP en el debate.
El debate sobre las pensiones ha crispado el ambiente político en las últimas semanas, luego de conocerse el informe de la comisión técnica. ¿Hoy usted está más o menos optimista sobre alcanzar un acuerdo político que hace dos o tres semanas?
-Sigo siendo moderadamente optimista y confío en la capacidad de los senadores de Chile Vamos que están negociando, porque son personas de dilatada trayectoria y que están pensando en lo que es bueno para Chile. Pero más allá de los dimes y diretes propios de la política, no avanzar en una reforma que habilite empezar a meterle más ahorro al sistema va a derivar en una serie de problemas. En primer lugar, pone en riesgo la sostenibilidad de un sistema de pensiones basado en el ahorro. No olvidar que los retiros le pegaron una “mascada” de un 25% a los ahorros. Significa un 25% de menores pensiones. Por lo tanto, esto va a generar una crisis de pensiones, si es que no somos capaces como país de reconocer el problema y empezar a meterle ahorro. Segundo, porque cada punto de ahorro que no le metamos al sistema implica que es un punto que potencialmente va a tener que meterle el Fisco en algún momento.
Entonces, podemos estar comprándonos un pasivo fiscal en las sombras, pero que va a ocurrir en un orden de magnitud muy alto… así terminan quebrando los países. Además, esta es una oportunidad enorme para que quienes empujaron los retiros puedan empezar a resarcir el daño causado. Eso lleva también a bajar expectativas respecto a esta reforma. Lo que hagamos hoy, en los próximos 10 a 15 años va a servir apenas para compensar la “mascada” que se le hizo al sistema a través de los retiros.
Pero la candidata presidencial de Chile Vamos, Evelyn Matthei, cuestionó el contenido del informe y alertó de que “varios de los contenidos pueden tener consecuencias graves no buscadas”. ¿Cómo interpreta esta arremetida de Matthei en la milla final de un acuerdo?
-Es valioso que una persona de su experiencia entre a opinar del tema más importante que tenemos por delante. Ella tiene un punto muy valioso: su preocupación en el plano fiscal. Cualquier acuerdo al que se llegue tiene que ser sustentable fiscalmente. Es decir, los beneficios que se paguen tienen que poder financiarse con la plata que se tiene y no con la plata que soñamos que tenemos. Bajo este alero, hay fórmulas que permiten viabilizar políticamente una reforma cuyo objetivo último sea empezar a meterle plata al ahorro de las personas a través de cotizaciones nuevas.
Hay gente en el oficialismo y la oposición que cree que esta arremetida puede enredar las conversaciones. ¿Lo considera así? ¿Cómo lo interpreta políticamente?
-Soy malo para las interpretaciones políticas, pero refrendo lo que ella dijo. Primero, que confiemos en los senadores de Chile Vamos que están negociando y velando por tener un buen acuerdo. Lo segundo, que lo que hagamos tiene que ser sustentable fiscalmente; eso no es de izquierda o de derecha, es responsabilidad.
En este tema hay que ver la película en el largo plazo. Veo muchas veces a la izquierda y a la derecha enamorados de las posturas de esquina, pero acá hay que buscar lo que es viable políticamente, que nunca es un primer mejor, dentro de este marco de sustentabilidad fiscal que habilite empezar a poner ahorro. Además, espero que hayamos aprendido lo que pasó con las isapres: cuando el sistema político no se hace cargo de problemas, son otros los que se hacen cargo y de mala manera.
¿Ve la arremetida de Matthei como una desautorización a quienes negocian la reforma por Chile Vamos: los senadores Rodrigo Galilea, Luciano Cruz-Coke y Juan Antonio Coloma?
-Lo veo como parte del legítimo debate, donde ella ha dicho que confía en los senadores de Chile Vamos, y donde ha puesto una señal de alerta respecto a que tiene que ser fiscalmente sostenible lo que se haga. Tenemos que decir las verdades incómodas: esta reforma es necesaria hacerla ahora no porque vayan a mejorar mágicamente las pensiones, sino porque en los próximos años va a servir apenas para tapar el hoyo de lo que se generó con la irresponsabilidad de los retiros. Es un llamado a aquellos que empujaron y aprobaron esos retiros a que tomen la oportunidad de resarcir el daño causado, que fue enorme.
En estos tiempos de discusión previsional, donde hay legítimas opiniones encontradas, donde nunca hay un primer mejor, donde siempre un buen acuerdo implica ceder y exponerse a la crítica, se me ha venido reiteradamente a la memoria el expresidente Sebastián Piñera, quien en momentos críticos tomaba decisiones y siempre nos insistía sobre la decisión que fuese mejor para el país en el largo plazo. Allá tenemos que ir, independientemente de los costos políticos. Acá las soluciones perfectas no existen, las soluciones de esquina son no soluciones e implican quedarse en nada. No alcanzar un acuerdo en la reforma de pensiones arriesga la sostenibilidad del sistema y tiene un costo fiscal gigante.
Matthei, a propósito de su alerta en materia de pensiones, dijo que iba a iniciar conversaciones con economistas. Usted es uno de sus asesores económicos más cercanos. ¿Ha conversado sobre este tema con ella?
-Soy uno de varios economistas a los cuales ella consulta. Esto se trata equipos, no de personas específicas. Obviamente, hemos conversado de estos temas no sólo ahora, también hace largo tiempo. Ella está consciente del desafío que esto involucra, que tiene complejidades. Ella ha insistido en que lo que se haga tiene que ser fiscalmente sostenible. Estamos en una situación fiscal estrecha, no hay plata, y uno tiene que ver soluciones creativas, inteligentes. Hay que buscar una salida porque seguir dilatando esto tiene un costo muy grande para el país.
En círculos cercanos a Matthei han hablado de preocupaciones por las implicancias fiscales que puede tener el préstamo por años cotizados. ¿Cree que en ese mecanismo hay riesgo que implique deteriorar la salud de las cuentas fiscales a futuro?
-El mayor riesgo fiscal es hacer nada. Cada punto de cotización que no se pone hoy, en 10 años son 3 puntos del PIB. Hay que sacar la cuenta de qué significa postergar varios puntos de cotización. Segundo, una nueva presión de un alza de la PGU como la que se está haciendo hoy es una deuda -dado que no hay holguras fiscales- de entre 8 y 10 puntos del PIB al toque. Y en esa ruta los países se terminan afectando, se destruyen; hay que parar esa lógica y hay que enmarcarlo en la sostenibilidad fiscal y la fórmula del préstamo es una manera de suavizar esto en el tiempo, dando una respuesta hoy… haciéndolo en el marco fiscalmente sustentable.
Me tocó junto a Matías Acevedo (exdirector de Presupuestos), a petición de los senadores de la Comisión de Trabajo de Chile Vamos, trabajar en ponerle bordes a este préstamo, con el mandato de que no fuera un “vale por”. Que fuera un préstamo con todas las de la ley: a nombre de la persona, heredable a tasa de mercado de forma tal de que no haya merma patrimonial para el afiliado, que sea un título de deuda pública con garantía explícita del Estado, supervigilado por la CMF… una fórmula de ese tipo se puede inscribir perfectamente al alero de este principio de sostenibilidad fiscal en el tiempo.
Se ha hablado de otras fórmulas, que son muy legítimas y financieramente equivalentes, pero donde se tiene que analizar la viabilidad política. Por ejemplo, Rodrigo Vergara del CEP ha propuesto una fórmula que es interesante, que no tiene este préstamo, pero que tiene un punto de reparto. La política tendrá que decidir si esa es una fórmula que “vuela”.
El senador Rodrigo Galilea (RN) propuso que el 0,5% que compensa la brecha en pensiones de hombres y mujeres podría resolverse vía el Seguro de Invalidez y Sobrevivencia (SIS). ¿Qué le parece esa idea?
-Me parece una idea interesante porque lo ancla en un instrumento que ya existe. El SIS hoy alcanza a un 1,5 punto de cotización, y da una tasa de reemplazo del 70% de su remuneración de los últimos 10 años a los trabajadores con invalidez en su vida activa y en toda su vida pensionada. Sería bueno recordar que el SIS fue aprobado en su minuto por el entonces diputado José Antonio Kast.
Esta idea es doblemente interesante porque nos permite también hacerle doble click a cómo está funcionando ese seguro. Todos sabemos que tiene bastantes abusos, como las licencias médicas, y esa es la razón por la cual su valor licitado se ha incrementado. Partió en 0,6 puntos y ya vamos en 1,5. Hay una opción de que, si se limitan esos abusos, también se pueda achicar la cuenta, y que meter el bono de las mujeres termine costando los mismos 1,5 puntos que estamos pagando hoy, debido a las (eventuales) mejoras (al instrumento). Es una valiosa propuesta… políticamente los sectores que han sido más críticos al 0,5% en el pasado lo han votado favorablemente.
También desde diversos sectores han hablado de los riesgos de “expropiación” por la llamada licitación de stock de afiliados. ¿Está de acuerdo con esa crítica?
-Partiría mirando la película en grande. Ver cuál es el problema y los instrumentos de solución. Es valioso que se haya avanzado en este diagnóstico de que las comisiones son más altas de las que podrían ser y las rentabilidades que tienen las AFP son más altas que las que deberían ocurrir en un mercado competitivo. ¿Cómo se tiene un entorno más competitivo de comisiones más bajas sin sacrificar rentabilidad? Esa es la pregunta del millón.
La licitación de stock no es un tema que aparece ahora. En la Comisión Marcel ya se discutió y había una propuesta de hacer una licitación de stock; entonces se decidió ir por la licitación de nuevos afiliados que todos reconocen fue exitosa. En la Comisión Bravo mayoritariamente los economistas, incluyendo varios de centroderecha, estuvieron a favor de ampliar la licitación de nuevos afiliados al stock. La licitación de stock es un mecanismo respetuoso de la libertad de los afiliados, ya que no están obligados a participar de la licitación, sino que pueden oponerse antes, durante o después. Y nótese que en la licitación de nuevos afiliados, que opera hace años y ha sido exitosa, no existen esos grados de libertad. La otra alternativa, que han hecho otros países, es fijar comisiones. A mí no me gusta la opción de fijar precios. Prefiero mil veces un precio de mercado a un precio fijado por un burócrata.
La industria requiere tener comisiones más competitivas, lo cual tiene impacto en el retorno. A modo de ejemplo, si se toma el fondo C desde el año 2000 a la fecha, el retorno real de los fondos ha sido del 4%. ¿Cuál es el retorno para el afiliado neto de comisiones? ¿Cuál es la tasa interna de retorno (TIR) del afiliado? Es la mitad, un 2%. Si proyectamos a los 40 años del ciclo laboral completo, la rentabilidad neta de comisiones sería del orden del 2,8%. Entonces, las comisiones importan harto. Como para cualquier inversionista, para el afiliado lo verdaderamente relevante es la TIR neta de comisiones.
Con claridad hay que decir que las AFP, legítimamente, se oponen a esto (licitación de stock), porque implica un entorno más competitivo, menos comisiones y diluir su renta. Pero acá la labor de la política pública debe ser proteger el sistema de ahorro, velar por un mercado lo más competitivo posible y no proteger a intermediarios o empresas incumbentes.
Se genera en este debate también la clásica diferencia entre los promercado y los proempresa…
-… El rol de quienes creemos en la economía de mercado es defender siempre mercados competitivos. Nunca a intermediarios. En el caso del debate por pensiones, debería interesarnos defender un sistema de ahorro, que es lo único sostenible en el tiempo. Pero un sistema de ahorro no es sinónimo de los intermediarios. En ese sistema de ahorro tenemos que asegurar comisiones lo más competitivas posibles. Sobre todo cuando el Estado mismo me obliga a ahorrar, debe asegurar tener las comisiones más competitivas posibles. Me inclino por las soluciones de mercado.
La otra alternativa que, imagino que a las AFP les encantará, es no tocar las comisiones y no hacer nada en la industria, porque estaría todo fantástico. ¡No, pues! Además, no hay ninguna correlación entre el costo de la comisión y el retorno. Porque alguien podría decir que te cobran más porque te retornan mucho más y no es así. Hay AFP muy baratas que lo hacen superbién y hay AFP muy caras que lo hacen supermal.
La ministros Jara y Marcel han alertado sobre las presiones ejercidas por las AFP. ¿Ha visto ese tipo de presiones? ¿Se ha sentido presionado por el mundo de las AFP?
-Cuando hay una industria que administra tantos activos y es tan grande, evidentemente su opinión tiene un peso gravitante. Pero la buena política pública trata de resguardar el sistema de ahorro, que no es lo mismo que resguardar a los intermediarios, y abogar siempre por mercados lo más competitivos posible, sobre todo si a mí me obligan a ahorrar.
Ha habido desinformación. Ha habido campañas públicas de la Asociación de AFP que me parecen parciales, particularmente respecto al préstamo. Todavía estoy esperando la segunda parte del comercial que diga que las AFP ya le prestan el 20% de su ahorro al Estado. ¡Mira qué terrible! Puedo entender que en la discusión del préstamo no han estado todos los bordes públicamente disponibles y, por lo tanto, se presta a interpretaciones. Pero también hemos escuchado cosas del tipo de que el préstamo es reparto. ¡Por favor! La definición de reparto es un impuesto al trabajo de los trabajadores actuales destinado a pagar las jubilaciones de los que ya jubilaron. Un préstamo no es un impuesto y menos si es a tasa de mercado.
José Antonio Kast y Republicanos han arremetido con fuerza en contra de la reforma apuntando a los riesgos fiscales y a la posibilidad de reparto. ¿Cree que los mayores riesgos para un eventual acuerdo estén centrados hoy más en la oposición que en el oficialismo?
-No, los riesgos están en ambos lados. Una reforma de este tipo, con la amplitud que tiene, con lo postergada que ha estado y con lo urgente que es, va a tener detractores en ambos extremos.
Invito nuevamente acá a mirar la película larga, a pensar en Chile y los costos que tiene no hacer nada. No cuesta nada criticar sin proponer. No he escuchado propuestas de los extremos a este respecto, solo críticas. Hay que salir de la trinchera chica y pensar en lo que es bueno para Chile y no lo que es bueno para la próxima elección. (La Tercera)