A la acción pasaron los inversionistas chinos en el país. Si bien este avance tiene origen en las políticas internas del gigante asiático para que sus empresas se diversifiquen en el exterior, otro factor de peso, es el atractivo ambiente de negocios que está ofreciendo el país, sobresaliente a nivel regional por su solidez institucional y estabilidad económica.
En los últimos dos años, empresas del gigante asiático -que en principio habían optado por adjudicarse contratos con el Estado- han comprado empresas o participaciones en ellas por más de US$ 3.000 millones.
El último signo fue la entrada del grupo Jiangsu Yanghe Destillery a la propiedad de Viña San Pedro Tarapacá (VSTP), tras adquirir el 12,5% de la propiedad (valorado en US$ 66 millones) mediante su filial Yanghe, dedicada la producción y distribución de licores, lo que fue interpretado como un intento para prospectar la industria (ver nota relacionada).
“Las empresas chinas cada vez aprecian más la solidez institucional, la transparencia y el ambiente de negocios que se da en Chile y ven a nuestro país como una plataforma para proyectar sus inversiones en Latinoamérica”, dice Alberto Cardemil, socio de Carey y líder del China Desk. “Esto se seguirá intensificando en los próximos años”, dice.
Y es que estas compañías han tomado posiciones en distintas áreas. En el vino, Yantai Changyu se aventuró a adquirir el 85% de la propiedad de Bethwines (Indómita, Santa Alicia y Dos Andes), ligado al grupo Bethia, en unos US$ 50 millones.
De otro lado del mundo también han puesto los ojos en el sector eléctrico. Una de las operaciones que marcó el 2017 fue la decisión del fondo canadiense Brookfield Infrastructure de vender su participación en Transelec a la Southern Power, en una operación que fue valorada en US$ 1.300 millones.
Otro movimiento relevante en este sector, fue la compra de la empresa generadora de energía renovable, Pacific Hydro por parte de State Power Investment Corporation (SPIC) por US$ 2.000 millones, concentrando activos en Brasil, Autralia y, principalmente, en Chile.
En el mismo sector, Fujian, subsidiaria de China Power, estableció un joint venture con Alumini, la filial local de la brasileña QuAAtro, para sacar provecho a los más de 90 proyectos que el Coordinador Eléctrico licitará durante los próximos años. Para esto, la inversión fijada será de entre US$ 300 millones y US$ 400 millones.
En el mercado hotelero, los chinos también arremetieron con la llegada de una de las cadenas más importantes a nivel mundial, Mandarín Oriental Hotel Group, que arribó al inmueble que operó Hyatt por más de 25 años.
NEGOCIOS EN PROCESO
El interés de las empresas chinas por seguir cerrando negocios en Chile sigue latente. Actualmente, son varios los proyectos que están despertando el interés de estas empresas, como lo es el caso del proyecto binacional Túnel de Agua Negra. Iniciativa en la cual, entre los 10 consorcios internacionales que presentaron antecedentes, se encuentra más de una china.
Cardemil agrega que la llegada de los chinos ha sido paulatina, pero se ha ido intensificando. Una de ellas es que estaban acostumbras a invertir en desarrollos del Estado.
FIRMA CHINA EN VIÑA SAN PEDRO
No del todo sorpresiva fue la entrada del gigante chino Jiangsu Yanghe Destillery a la propiedad de Viña San Pedro Tarapacá (VSTP) mediante su filial Yanghe, dedicada a la producción y distribución de licores.
Y es que en China este actor se encarga justamente de distribuir los productos de VSTP dentro del país, razón por la que ya existían lazos entre ambos actores.
La operación permitió a la china hacerse con el 12,5% de la propiedad de Viña San Pedro -valorada en US$ 66 millones-, lo que se dio en el marco de la OPA que lanzó la Compañía Cervecerías Unidas (CCU), controlada por el Grupo Luksic, para adquirir el 100% de la compañía.
La oferta pública se lanzó luego que CCU adquirió un 2,50% de la propiedad de la firma vitivinícola, aumentando su participación al 67,22%, lo que gatilló la obligación estipulada en la Ley del Mercado de Valores.
Con la compra del 12,5% de la propiedad, la empresa china tendrá derecho a un director (de un total de siete) en la viña ligada a CCU.
De todas formas, fuentes entendidas en la operación aseguran que desde la firma no tendrían mayores complicaciones en trabajar con un socio, toda vez que es un modelo que mantienen en otras operaciones fuera de Chile.
Asimismo, se espera que el holding chino Jiangsu Yanghe Destillery aproveche la oportunidad para seguir aumentando su participación.
Fundada en 1949, la filial Yanghe se dedica a la producción y distribución de licores. En el año, vende más de US$ 3 mil millones.
La compañía cuenta con 30 mil empleados y tiene más de 10 mil distribuidores desperdigados en toda China.
LATINOAMÉRICA
La presencia -e influenciade China en Latinoamérica experimentó un impulso en 2017. El comercio entre el gigante asiático y la región se recuperó después de tres años de caídas en su valor, y la Inversión Extranjera Directa (IED) experimentó un salto marcado en términos de monto.
Según proyecciones de la Cepal, el valor del comercio de bienes entre China y Latinoamérica y el Caribe habría subido 16%, a cerca de US$ 266 mil millones el año pasado. Sin embargo, uno de los puntos débiles de la relación comercial es que la canasta exportadora regional sigue estando altamente concentrada en las materias primas, con muy escasa diversificación hacia nuevos productos.
Respecto a la inversión, la Cepal estima que las empresas chinas desembolsaron más de US$ 25 mil millones en América Latina y el Caribe en 2017. En este resultado influyó la adquisición de importantes empresas de energía eléctrica en Brasil. De este modo, cerca de un 15% del total de la IED recibida este año por la región provino de China.
En lo que se refiere a las adquisiciones de empresas chinas en Latinoamérica, el año pasado hubo 26 acuerdos, que sumaron US$ 14.656 millones, de acuerdo a cifras de Dealogic.
La inversión del gigante asiático se ha diversificado en los últimos años desde las materias primas hacia las telecomunicaciones, los alimentos y la energía. Las compras de empresas de infraestructura se enmarcan dentro del impulso del gobierno de Xi Jinping de implementar una nueva Ruta de la Seda que le permita mejorar la accesibilidad para que las materias primas y productos puedan ingresar de forma expedita al país.