El ejército israelí anunció que sus tropas habían comenzado a cruzar hacia el sur del Líbano y dijo que destruirían la infraestructura militar de Hezbolá en aldeas cercanas a la frontera entre Israel y el Líbano.
En un comunicado emitido poco antes de las 2 de la madrugada (hora local), el ejército describió la operación como una operación “limitada” y dijo que sus tropas habían comenzado a ingresar al Líbano “hace unas horas” para atacar sitios que “representan una amenaza inmediata para las comunidades israelíes en el norte de Israel”.
La fuerza de invasión estaba formada por pequeños grupos de comandos, acompañados de cobertura aérea y de proyectiles de artillería disparados desde Israel, dijeron los funcionarios. El plan podría evolucionar hacia una invasión más grande; miles de tropas adicionales han sido desplegadas en el norte de Israel en los últimos días, lo que ha dado lugar a especulaciones sobre una operación más amplia y prolongada, indicó el diario The New York Times.
Previamente habían establecido “zona militar” cerrada cerca de las fronteras del país con Líbano. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) declararon una “zona militar cerrada” en las áreas de Metula, Misgav Am y Kfar Giladi, en el norte de Israel. El Ejército señaló que la entrada a estas áreas está estrictamente prohibida.
Según el diario Haaretz, la declaración de una “zona militar cerrada” es una herramienta que permite al Ejército impedir el ingreso a un área designada por un período de tiempo limitado.
En consonancia con estos acontecimientos, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, indicó que la siguiente etapa de la lucha contra Hezbolá “comenzará pronto”. “La batalla es larga, las opciones están abiertas y haremos frente a cualquier invasión terrestre israelí en Líbano”, respondió Naim Qassem, subdirector de Hezbolá.
Al respecto, The Wall Street Journal informó que las fuerzas especiales israelíes han lanzado incursiones en Líbano ante una posible incursión terrestre. Estas incursiones, que incluyeron el ingreso a los túneles de Hezbolá ubicados a lo largo de la frontera, ocurrieron recientemente y en los últimos meses, como parte de un esfuerzo más amplio de Israel para degradar las capacidades de la milicia chiita libanesa a lo largo de la frontera que divide a Israel y Líbano, dijeron fuentes al periódico.
El gobierno de Joe Biden prevé una inminente invasión israelí a Líbano, según dijeron al Journal funcionarios estadounidenses. Se espera que gran parte de los combates se desarrollen a lo largo de la frontera entre Israel y Líbano, aunque en Washington existe la preocupación de que la guerra pueda expandirse geográficamente y durar más que una campaña de corto plazo.
El mandatario aseguró que estuvo al teléfono durante dos horas el sábado y el domingo para discutir la situación, después de decirle a los periodistas el domingo que hablaría con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, más tarde ese mismo día.
Un funcionario israelí aseguró que, si se llevara a cabo una operación terrestre más amplia, incluiría “incursiones localizadas y limitadas contra objetivos de Hezbolá a lo largo de la frontera con el objetivo de destruir las capacidades de las Fuerzas Radwan”, la unidad de operaciones especiales del grupo militante, sostuvo el diario.
Las fuerzas israelíes estiman que el grupo está haciendo preparativos para un ataque, como hizo Hamas antes del 7 de octubre, lo que incluye el posicionamiento de ropa, armas y otros materiales a lo largo de la frontera.
Estados Unidos ha instado a Israel a buscar una solución diplomática y a mantener el objetivo en cualquier operación terrestre. No quedó claro de inmediato durante cuánto tiempo Israel intentaría mantener el control del territorio, o si una incursión sería más bien una serie de ataques más grandes, señaló The Wall Street Journal.
Israel ha informado a Estados Unidos sobre una serie de operaciones, dijo el lunes el Departamento de Estado, añadiendo que han discutido informes de operaciones terrestres, e Israel ha dicho a Washington que en este momento son operaciones limitadas centradas en la infraestructura de Hezbolá cerca de la frontera con Líbano.
“Nos han estado informando sobre una serie de operaciones, sé que he visto informes sobre operaciones terrestres. Hemos tenido algunas conversaciones con ellos sobre eso. En este momento nos han dicho que se trata de operaciones limitadas centradas en la infraestructura de Hezbolá cerca de la frontera. Pero estamos en constante conversación con ellos al respecto”, dijo el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, a los periodistas el lunes.
Por otro lado, Estados Unidos está enviando “unos cuantos miles” de tropas adicionales a Medio Oriente para reforzar la seguridad y estar preparados para defender a Israel si es necesario, informó el Pentágono.
La portavoz del Pentágono, Sabrina Singh, dijo a los periodistas que la mayor presencia se realizará a través de múltiples escuadrones de aviones de combate. Se suponía que los aviones rotarían y reemplazarían a los escuadrones que ya estaban allí. En cambio, tanto los escuadrones existentes como los nuevos permanecerán en el lugar para duplicar la potencia aérea disponible.
ATAQUES A LIDERES ISLAMISTAS
La muerte del líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, en un ataque israelí el viernes pasado, ha sido considerado un éxito táctico para el gobierno de Benjamin Netanyahu, que tendrá repercusiones en todo Medio Oriente, aunque si bien las consecuencias exactas aun son inciertas, a juicio de los expertos, lo que está claro es que estos ataques no paralizan a los grupos islámicos.
En un análisis hecho por Peter Bergen para la cadena CNN se señala que Israel debería saber, por su propia historia, que este tipo de ataques no siempre consiguen paralizar a un grupo militante. En 2008, Israel mató al líder militar de Hezbolá, Imad Mughniyeh, en Damasco, Siria, pero el grupo sólo cobró fuerza en los años siguientes.
De hecho, señala, cuatro años antes, Israel había asesinado en un ataque aéreo a uno de los fundadores de Hamas, el jeque Ahmed Yassin. Sin embargo, el grupo no se desintegró y casi dos décadas después perpetró el ataque del 7 de octubre en Israel, en los que murieron unos 1.200 israelíes en un solo día.
En julio pasado, Israel afirmó haber asesinado a uno de los autores intelectuales de los atentados del 7 de octubre, Mohammed Deif, un comandante militar clave de Hamas, pero el grupo militante sigue luchando en Gaza, recordó el experto estadounidense.
Estados Unidos tiene su propia historia de asesinatos de líderes terroristas con la esperanza de paralizar a sus enemigos. Cuando Abu Musab al-Zarqawi, el líder de Al Qaeda en Irak, fue asesinado en un bombardeo estadounidense en 2006, se consideró un gran avance porque Al Qaeda en Irak estaba contribuyendo significativamente a la guerra civil en ese país.
Ocho años después, Al Qaeda en Irak acabó transformándose en el Estado Islámico, que se apoderó de un territorio del tamaño de Portugal y gobernaba una población de unos ocho millones de personas en Irak y Siria. El Estado Islámico también llevó a cabo devastadores ataques terroristas en Occidente, por ejemplo, en París en 2015, en los que murieron 130 personas.
Lo que terminó con el “califato” geográfico del Estado Islámico, dijo Bergen, no fue un ataque a su cúpula, sino una campaña terrestre contra los milicianos del grupo terrorista de 2014 a 2019 librada por el Ejército iraquí y las fuerzas kurdas sirias, respaldadas por miles de tropas estadounidenses y un importante poder aéreo norteamericano. La base del Estado Islámico, la segunda ciudad más grande de Irak, Mosul, fue destruida en gran parte durante esta guerra.
En mayo de 2016, el entonces presidente Barack Obama autorizó un ataque con drones en Pakistán que mató al líder de los talibanes, el mulá Akhtar Mohammad Mansour. Sin embargo, hoy los talibanes controlan todo Afganistán.
A principios de enero de 2020, el entonces presidente Donald Trump ordenó un ataque en Bagdad, Irak, que mató a Qasem Soleimani, comandante de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, que era crucial para las relaciones de Teherán con sus fuerzas subsidiarias en la región, como Hezbolá, Hamás, los hutíes en Yemen y las milicias chiitas en Irak. Después del asesinato de Soleimani, Trump dijo: “Soleimani estaba planeando ataques inminentes y siniestros contra diplomáticos y personal militar estadounidenses, pero lo atrapamos en el acto y lo eliminamos”.
Sin embargo, su muerte no tuvo un impacto duradero en el poder y las ambiciones regionales de Irán. Hezbolá, Hamás y los hutíes en Yemen han continuado sus ataques contra objetivos israelíes y las milicias chiitas mantuvieron sus operaciones contra objetivos estadounidenses en Irak, dijo Bergen.
A juicio del experto, “lo que puede paralizar a un grupo terrorista es una campaña sostenida para eliminar a tantos de sus líderes y mandos intermedios como sea posible”. Por ejemplo, una campaña de aviones no tripulados de la CIA que se intensificó en 2008 en las regiones tribales de Pakistán fronterizas con Afganistán mató a muchos de los líderes de Al Qaeda, asegura el centro de estudios New America.
Según el think tank, The Soufan Center, los líderes israelíes admiten que decapitar a la organización no la eliminará de Líbano ni la obligará a desarmar a su milicia, que Hezbolá caracteriza como una fuerza de “resistencia” independiente que protege a Líbano del poder israelí. La mayoría de los expertos evalúan que las Fuerzas Armadas Libanesas (LAF) no son lo suficientemente capaces de desarmar a Hezbolá o frenar sus operaciones a pesar de los ataques de Israel al grupo.
Dentro de Hezbolá, el líder adjunto del grupo, Naim Qassem, asumió automáticamente el mando de forma interina. Sin embargo, la mayoría de los análisis sugieren que Hashim Safiuddin, el jefe del Consejo Ejecutivo de Hezbolá, que al parecer sobrevivió al ataque del viernes, será elegido como nuevo líder de la milicia libanesa. Safiuddin, que es primo de Nasrallah, tiene estrechos vínculos con la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica. Además, su hijo está casado con la hija del venerado comandante Soleimani. (La Tercera)