El líder de la ultraderecha, Matteo Salvini, provocó una ola de indignación al haber afirmado que las extranjeras acuden demasiado a las urgencias médicas para abortar, por llevar un «estilo de vida no civilizado».
«Nos han avisado de que algunas mujeres, que no son ni de Roma ni de Milán, se han presentado por sexta vez en urgencias para interrumpir el embarazo», declaró Salvini, escudándose en el testimonio de enfermeras de urgencias. «No es mi trabajo, ni el del Estado, dar lecciones de moral o de ética a nadie (…) pero no podemos considerar las urgencias como la solución a un estilo de vida no civilizado», lanzó durante una reunión en Roma.
Los profesionales de la salud cuestionaron la veracidad de los dichos de Salvini. «El aborto no se practica en Italia en urgencias, eso parece raro, o incluso imposible, a menos que se trate de una patología, un aborto espontáneo», indicó a la AFP Pina Onotri, secretaria general del Sindicato de médicos italianos (SMI). «Practico ginecología de urgencia desde hace mucho tiempo y puedo decir que lo que cuenta [Salvini] no ocurre casi nunca», declaró por su parte a la AFP Gisella Siamba, ginecóloga del hospital Sandro Pertini de Roma.
También los políticos criticaron a Salvini y el jefe del Partido Demócrata (centroizquierda, en el poder), Nicola Zingaretti, denunció «los insultos, teorías extravagantes y estadísticas aleatorias» de Salvini. «Por suerte, en los servicios de urgencias italianos no se escuchan sus provocaciones. No se ataca a las mujeres. No se ataca a la sanidad italiana», agregó Zingaretti.
La interrupción voluntaria del embarazo, hasta el tercer mes, fue legalizada en 1978 en Italia. Con todo, sigue siendo un tipo de intervención de difícil acceso, pues el 70% de los ginecólogos de ese país rechaza llevarla a cabo alegando «objeción de conciencia (DW, afp, corrieredellasera)