Dice el viejo refrán que la venganza es un plato que se ingiere frío y, si bien hablar de revancha es un término que para su entorno no es propio de la estatura de un ex Presidente, lo cierto es que en el PS y en el PPD saben que si la noche del 19 de noviembre se cumplen las magras proyecciones parlamentarias que circulan, le reconocen a Ricardo Lagos Escobar todo el derecho de, al menos, esbozar una leve sonrisa de satisfacción. No solo por la eventual derrota en las urnas de varias de las figuras del progresismo que le dieron la espalda para hacer naufragar su opción de repostular a La Moneda, sino además porque se reabre el espacio político para jugar las cartas en la necesaria rearticulación de la centroizquierda.
Entre los colaborados estrechos de Lagos recalcaron que hablar de venganza no corresponde al perfil político del ex Mandatario, a su estatura de estadista, a lo que ha sido su trabajo político ni menos a su ánimo. “Él no desea que a alguien le vaya mal en las elecciones”, agregaron en su equipo.
Pero, a pesar de eso, desde octubre y hasta ahora que tanto en el PS como en el PPD se instaló transversalmente la frase de que el ex Mandatario se estaba cobrando todas las facturas políticas por “maltrato” que recibió de quienes fueron sus aliados, que se inclinaron por “matar al padre” y apostar sus fichas a la opción de Alejandro Guillier, solo por su buen rendimiento en las encuestas. “Fueron muy poco delicados en el trato hacia él, igual sorprendió que se cobrara esas facturas. Es que está enojado con el PS, con algunos sectores”, reconoció un senador socialista.
Para dirigentes y parlamentarios la mejor prueba de ello fue el video que circuló de Lagos respaldando la candidatura senatorial del PPD Jorge Tarud por la VII Región, mismo cupo que disputa el timonel del PS, Álvaro Elizalde, uno de los principales protagonistas en la caída de Lagos y a quien las encuestas hasta ahora otorgan pocas opciones de salir electo. “Tarud ha sido un buen diputado, ha presidido la Comisión de Relaciones Exteriores largos años, pero también ha sido un gran abogado del Maule y de sus necesidades. Ahora, un ascenso merecido, Jorge Tarud, su senador por el Maule… sus fuerzas abarcan la totalidad de la región», dijo en el comentado video sobre el parlamentario que fue su contrincante en la interna PPD hasta el día en que lo proclamaron en enero.
A la lista se sumó el video de respaldo al candidato a senador por Arica, Salvador Urrutia, circunscripción donde también compite el ex ministro José Miguel Insulza, con quien Lagos tuvo una tensa competencia interna en el PS. El ex Presidente también grabó respaldos para el DC Gabriel Silber, los socialistas Fidel Espinoza, Camilo Escalona y Osvaldo Andrade.
Desde la oficina de Lagos recalcaron que los videos tuvieron su origen, no en un ánimo de revancha política, sino que por instancia de los propios candidatos que pidieron el respaldo del ex Jefe de Estado, quien siempre ha estado llano a ayudar y apoyar al que esté interesado en solicitárselo. Pero entre sus cercanos políticos reconocieron que los eligió con pinzas y precisamente “optó por apoyar a quienes lo apoyaron”.
En una columna publicada en T13 hace quince días, el analista y ex subdirector de la Secom, Carlos Correa, se refirió al síndrome del Conde de Montecristo que tenía Lagos. “Al igual que Edmundo Dantés, el personaje de Dumas devenido después en el vengativo Conde, también entre quienes hicieron caer al ex Presidente había una mezcla de razones: cálculo político, ingenuidad, resentimiento y derechamente ambición. Y lo más dolorosamente parecido, muchos de ellos deben buena parte de su carrera política a Lagos (…). Para quienes dentro del PS no lo apoyaron este comportamiento será la justificación a sus actos. Podrán darle sentido moral a la bajeza de esos días, bajo el argumento que es evidente que Lagos ya no tenía estatura para ser candidato. Para quienes todavía son sus partidarios, estas operaciones de liquidación son difíciles de equiparar a los grandes temas y visiones de futuro que siempre ha tenido el ex Presidente”.
Entre quienes lo conocen bien y desde hace muchos años, coinciden en precisar que, más que vengativo, el ex Presidente es “picado”, que a la larga siempre perdona y recuerdan la mala relación que tuvo por años con Camilo Escalona, quien terminó convirtiéndose después casi en su escudero en la pugna interna presidencial que hubo en el PS este año. Sin embargo, también dicen que en este capítulo “hay cosas que no se le van a olvidar a Lagos” y que, por sobre todo, le gusta que al final la historia termine dándole la razón, algo que puede terminar sucediendo la noche del 19 de noviembre sin su injerencia.
Los ánimos de derrota que rodean a la opción presidencial de Guillier se agudizan con los pronósticos que señalan que en primera vuelta estaría más cerca del 25% que del umbral sicológico del 30%, que permite dar una chance de revertir la brecha de votos que lo distanciarían del abanderado de Chile Vamos, Sebastián Piñera. Lagos no ha tenido ningún protagonismo en la campaña del candidato del PS-PPD-PC y PR, el senador en todos estos meses nunca le solicitó reunirse, conversar; menos, apoyo de índole alguna y, a pesar de la insistencia que varias figuras de la coalición hicieron en ese punto, finalmente Guillier escuchó a su círculo estrecho compuesto por Enrique Soler y su hijo, Andrés Almeida, que siempre bregaron por tomar distancia del ex Mandatario, del mundo concertacionista e, incluso, de la propia administración de Michelle Bachelet.
En el comando, en el PS y en el PPD coinciden en que Lagos no será una figura relevante para el despliegue en segunda vuelta y uno de los timoneles de dichos partidos sentenció que “no será el jefe de la campaña”. En el comando agregaron que, si bien reconocen que el ex gobernante convoca a un mundo de centroizquierda, no es él quien tiene la llave del triunfo en el balotaje.
En la otra vereda, manifiestan que el ex Presidente “no va a pecar de omisión”, que hará algún tipo de gesto “tibio”, llamará a votar por el candidato único, pero que sabe a ciencia cierta que ni el abanderado ni su círculo de confianza lo quieren allí. El domingo 5 de noviembre, Guillier se refirió al tema en el programa ‘Tolerancia Cero’: “Tengo gran aprecio personal y admiración política (…). La gente sabrá lo que hace y es libre, yo no voy a estar mandándole mensajes por la prensa”.
Más que el rol de Lagos, el tema realmente será la necesaria reestructuración del comando, porque en el PS y el PPD reconocen que, si Guillier está más cerca del 25%, no tiene cómo defender la permanencia de su equipo de confianza en la toma de decisiones y deberá “entregar la conducción de la segunda vuelta” a figuras más políticas, como varios laguistas, para que tomen las riendas. Un punto en el que hay incertidumbre total en el progresismo, porque nadie sabe con certeza si Guillier estará realmente dispuesto a ceder ese control.
EL SUCESOR
Varios cercanos al ex Mandatario coincidieron en que su pronóstico es bastante gris, por no decir que creen que se avecina la noche oscura para el socialismo. “Lo cierto es que lo más probable que suceda esa noche es que el gran perdedor sea el PS y el que va a ganar será el PPD”, se lamentó un parlamentario socialista, mientras que un histórico laguista de tomo y lomo acotó que la gran ironía de la elección parlamentaria podría terminar siendo que quienes no apoyaron a Lagos terminarán perdiendo y que la única colectividad que se cuadró con él, el PPD, celebrará una vez terminado el recuento de votos.
Con ese reordenamiento de las fuerzas en el eje progresista, sumado a la casi segura derrota presidencial, el tema que se instala de fondo –coincidieron parlamentarios y dirigentes del sector– es “quién queda en pie la noche del 19”, porque eso determinará en gran medida a los que vayan a disputar la tarea de asumir el liderazgo de reconstrucción del sector. El ex Mandatario está cercano a cumplir los 80 años y dicen que sus esfuerzos públicos estarán destinados tanto a los temas internacionales como a la formación política de nuevas generaciones.
Pero también plantean que la principal apuesta de Lagos Escobar está ahí, en quién es su sucesor, quién asume para los próximos años el liderazgo para rearticular la centroizquierda y sostienen que sus cartas están puestas en la V Región, donde su hijo y actual senador, Ricardo Lagos Weber, compite por retener su escaño.
El objetivo del PPD es lograr un golpe político esa noche con un doblaje en dicha circunscripción con su otra figura del partido, Marco Antonio Núñez, lo que permitiría a la colectividad instalarse como un eje de poder indiscutido en la Cámara Alta por los próximos cuatro años, una fórmula que, de llegar a concretarse el 19 de noviembre, dejaría fuera del Congreso a la senadora Isabel Allende, quien también compite en esa zona.
En el socialismo y entre los laguistas puros dicen que “Lagos está aún muy enojado con Allende”, porque consideraría que no fue honesta en cómo sucedieron realmente las cosas y lo que fue su performance pública para restarse de la carrera presidencial. Pero ese sería un efecto colateral y no el objetivo central, porque la clave para el ex Mandatario y varios en el PPD estriba en que, desde ahí, cuaje el rol de Lagos Weber como futuro conductor del sector.
Las encuestas son favorables a la reelección de Lagos Weber, pero donde hay mucha cautela es sobre la opción del doblaje. Al respecto, dicen que está muy difícil y que, si bien hasta hace tres semanas la opción de Allende estaba bastante perdida, tuvo una inyección de recursos y despliegue que la ha ayudado a remontar en este último tramo, con la chance de salvarse.
La ex timonel es la única posibilidad más concreta que tendría el PS de lograr elegir esa noche a un senador, ya que las opciones de Insulza, Escalona y Elizalde hasta ahora se ven muy complicadas. Y si ninguna de estas figuras de peso del socialismo logra llegar al Senado, la mirada inevitablemente se girará al resultado del partido a nivel de diputados, donde los pronósticos son mejores y lograrían mantener el promedio de integrantes de la bancada.
En el PS dicen que la reelección de Andrade, y con cuánto apoyo en las urnas lo logre, podría instalarlo en el eje de la rearticulación. Más aún cuando lo más probable es que el socialismo se enfrasque en una catarsis interna de proporciones, por la responsabilidad del timonel PS en la mala negociación electoral que hizo el partido.
“Si no sale Elizalde en la VII, nada evitará que la crisis en el PS se desate de aquí a marzo. Si sale, se salva por un rato, solo eso, pero la catarsis interna es inevitable”, recalcó un senador socialista.
El Mostrador/La Tercera