Dos nombres se juegan por presidir las Juventudes Socialistas el 13 de enero: Nicole Cardoch, apoyada por la mesa, y el diputado Juan Santana, respaldado por la disidencia a la directiva. Y ese día, según explican los dirigentes del PS, más importante que el resultado de quién salga electo, será la medición de la fuerza interna del presidente del partido Álvaro Elizalde,puesto que en abril será el turno de renovar la directiva.
El senador por el Maule aún no ha confirmado su deseo de ir a reelección, pero desde la colectividad ya se le ve con ventaja respecto a quienes se perfilan como sus posibles contendores en la oposición partidaria. Y quienes están sonando con fuerza son los diputados Marcelo Schilling (Renovación Socialista), Marcelo Díaz (Alternativa Socialista) y el abogado y ex precandidato presidencial, Fernando Atria (Izquierda Socialista).
La corriente Renovación Socialista entró en “crisis” luego de que uno de sus principales líderes, el alcalde de San Ramón, Miguel Ángel Aguilera, fuera cuestionado por vínculos de su municipio con el narcotráfico. El edil resultó clave en el refichaje de militantes y en el proceso de juntar firmas para inscribir a Alejandro Guillier como candidato independiente, el año pasado.
Tras esto, en el partido ya son varios los que ven en Schilling la capacidad de “rearticulación” el sector. De hecho, hace algunos días se desarrolló una reunión entre los “renovados”, momento en que el diputado sonó como la principal carta de esta corriente para disputarle la presidencia a Elizalde. Encuentro en el que estuvieron presentes líderes históricos, como el ex ministro José Antonio Viera-Gallo.
Pero Schilling no es el único diputado que suena para liderar el PS. Marcelo Díaz también ha mostrado interés por dirigir la tienda ubicada en calle París. Sin embargo, su opción es vista con distancia desde la misma disidencia porque, como explican, lidera una grupo con menor cantidad de militantes, por lo que no sería una figura “desequilibrante” al interior del PS, salvo que genere pactos con otras corrientes opositoras a la mesa.
Las diferencias entre Elizalde y Díaz son conocidas y públicas. El diputado por Valparaíso se ha convertido en unos los principales críticos a la gestión de la mesa. Tales han sido las discrepancias, que en octubre el ex embajador en Argentina firmó una carta rechazando la creación de Convergencia Progresista -reuniones de coordinación entre el PS, PPD y PR- impulsada por el presidente del partido.
“¡Cuánto le cuesta a quienes controlan la mesa directiva asimilar que los tiempos han cambiado y que ya no es posible tomar decisiones de este tipo entre cuatro paredes! (…) Sin duda que cualquier esfuerzo de coordinación con el PPD y el PR ayuda y es valorable, pero la institucionalización de este espacio aparece excluyente y poco convocante para quienes no lo integran”, se leía en la misiva firmada por cerca de 500 militantes de distintas facciones.
Las disputas entre ambos ex voceros del gobierno de Michelle Bachelet, han llegado hasta el Tribunal Supremo del partido. A fines de noviembre, Díaz mandató al secretario general, Andrés Santander, que realizara un informe con antecedentes del balance del PS del último año. Y en septiembre pasado, la mesa evaluó pasar al diputado a la instancia disciplinaria por no no haber estado presente en la votación de la acusación constitucional contra ministros de la Corte Suprema.
Una alternativa paralela que estaría manejando Díaz es estrechar vínculos con dirigentes de Revolución Democrática, específicamente al sector “bacheletista” del partido. Así, ya se habría contactado con Javiera Parada -con quien mantiene una relación de amistad-, una de las cartas que competiría para presidir RD en enero próximo.
Incluso, una de las opciones que barajaría Díaz -en caso de no salir electo en la mesa socialista- sería lograr un cupo senatorial en la Región de Coquimbo en una lista del Frente Amplio. Alternativa que circula al interior del FA, pero que dependería de que sea Parada, o alguien de su línea, la nueva líder del partido de Giorgio Jackson.
Otra figura que también está mirando con especial atención las elecciones de abril, es el abogado constitucionalista y líder de la Izquierda Socialista, Fernando Atria. En su entorno dicen que no está de acuerdo con la conducción de Elizalde y también cuestiona la coordinación Convergencia Progresista.
El senador por el Maule ya enfrentó la corriente del ex precandidato presidencial. En 2017 se impuso a su representante, el alcalde de Independencia, Gonzalo Durán, para dirigir la colectividad. Pero esta vez, Atria tendría un mejor escenario tras crear “La casa común”, fundación que reúne desde dirigentes de la DC hasta del Frente Amplio. Es con este último bloque con el que mantiene lazos desde el 2011, cuando surge el movimiento estudiantil. Y esto, aseguran, lo posiciona de buena manera para generar vínculos con dicha coalición con miras a desafíos electorales futuros. (El Líbero)