La memoria de Chile

La memoria de Chile

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El argumento de la “mala memoria” suele utilizarse cuando, sobre todo en política, volvemos a tropezar con antiguos errores o comenzamos a olvidar hechos históricos que marcaron pasadas generaciones. Ejemplos hay muchos. Naturalmente, la memoria colectiva de una sociedad y de un país constituye un elemento clave para preservar valores colectivos relevantes como son, entre otros, el resguardo de los derechos humanos, el respeto a la diversidad, la solidaridad con los más desvalidos e incluso el cuidado de la democracia.

La tarea de mantener los recuerdos colectivos, que van diluyéndose con el pasar del tiempo, recae casi por antonomasia, aunque no exclusivamente, en grandes bibliotecas –y su actual formato digital- o en el aporte de los museos que realizan su tarea en la invocación dolorosa o gloriosa de pasajes de nuestra historia.

Actualmente hay 2.850.171 adultos mayores (4.770 tienen más de 100 años). La esperanza de vida en nuestro país es de 80,5 años, la más alta de Latinoamérica. Por cada 100 menores de 15 años, hay 80,9 adultos mayores (Índice Global de Envejecimiento).

En el caso de cada persona, de cada chileno o chilena, sus recuerdos individuales, familiares y grupales, almacenados en su cuerpo y mente, también pueden ser objeto de “mala memoria”. Y no me refiero a una alegoría, sino directamente a la triste pérdida de la capacidad de recordar, al deterioro cognitivo, producto del paso de los años y la llegada de males tan devastadores como el Alzheimer. Esta cruel enfermedad neurodegenerativa progresivamente amenaza con arrebatarnos esas valiosísimas “bibliotecas” y “museos” que perviven en miles de compatriotas, especialmente personas mayores, que producto de esta afección sin cura conocida van quedando relegados a un mundo interior, desconcertante y aparentemente inescrutable para el observador externo. Esta enfermedad es la tercera causa de muerte en Chile.

Si se consideran las personas cercanas al paciente que también se ven afectadas, hoy alcanzan al millón de personas (75% son mujeres).

En este mes de octubre, mes de la ancianidad, cabe preguntarse ¿cómo ir entonces al rescate de esa memoria individual de tantos compatriotas? ¿Cómo apoyarlos, a sus familias y cuidadores en este delicado proceso? Se estima que en 30 años, sobre 500 mil chilenos serían afectados por el Alzheimer. En consecuencia, tomar conciencia de la situación, avanzar en apoyo a pacientes, familias y sobre todo a los adultos mayores más pobres del país, comienza a ser algo más que prioritario.

El trabajo conjunto del Estado, municipio y organizaciones de la sociedad civil, especialistas en cuidado de los mayores, como son Fundación Las Rosas y otras, comienza también a tornarse primordial frente a un problema que lamentablemente llegó para quedarse en el mundo y también en nuestra sociedad, sin que podamos ya ignorarlo o simplemente borrar de la memoria. (La Tercera)

Soledad Alvear

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