El jueves 20 de julio el nuevo fichaje de la Secom, Juan Carvajal, fue visto por los patios de La Moneda. Ya oficializado en su rol como asesor del director de esa repartición, Pablo Paredes, la presencia del socialista en Palacio no fue casual. Horas antes se había conocido el robo de 23 computadores y una caja fuerte desde las dependencias del Ministerio de Desarrollo Social, un hecho que salpicó -nuevamente- al líder de esa cartera, Giorgio Jackson, y levantó las alarmas en el gobierno.
En esa y otras jornadas, según distintas fuentes, en La Moneda operó un comité de crisis -cuyos integrante se manejan con extremo hermetismo- para abordar salidas políticas y comunicacionales a las controversias derivadas del lío de platas entre distintas carteras y fundaciones sin fines de lucro, en que el Ministerio Público indaga delitos como tráfico de influencias y fraude al Fisco.
Y, según confirman en La Moneda, en ese espacio el rol del socialista ha sido sigiloso, pero clave. En lo que en la Secom denominan como una “fuerza de tarea” para monitorear los casos de los cuestionados convenios entre el Estado y fundaciones, además de Carvajal, participan Paredes y otros asesores. A veces, y dependiendo de la contingencia, ese equipo se reúne también con la ministra Camila Vallejo (Segegob) y otros grupos estratégicos de ministerios ligados a la crisis.
Ese jueves, cuando el robo de computadores en Mideso solo generaba suspicacias, Carvajal participó del diseño comunicacional para enfrentar la controversia ante los medios. Y, según quienes conocieron del análisis interno, la tesis que primó fue que Jackson saliera con una estrategia ofensiva ante la prensa y despejara cualquier vinculación de su persona -por quien se habían hecho pasar los delincuentes- con la sustracción de los equipos y una caja fuerte.
En esa vocería, que dio desde el Biobío, el fundador de RD fue más allá y señaló que “como gobierno tenemos indignación ante estos hechos, son gravísimos. Y, por cierto, también nos parece bastante sospechoso que ocurran hechos de esta naturaleza, que parecieron no ser solo constitutivos de delito de robo, sino también relativos a una señal política. Quiero, ante eso, señalar que como gobierno no nos vamos a dejar amedrentar (…)”.
La salida comunicacional y la tesis de la operación política -que fue refrendada por la vocera Camila Vallejo-, no fue bien evaluada en La Moneda. Sobre todo, porque el secretario de Estado asumió intenciones en un delito que recién estaba siendo indagado por el Ministerio Público y cuyo alcance aún desconocían.
Tanto fue así que el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, saldría a contradecir a Jackson solo horas después. “La Fiscalía y las policías que están llevando adelante la investigación, a partir de la información que disponen hoy día, siguen realizando las diligencias para poder cumplir con el objetivo: identificar completamente a todos los responsables de este delito y sus causas, que, con la información de la que se dispone hoy, es un delito cometido por delincuentes comunes”, dijo el socialista.
Aunque en La Moneda no le atribuyen directamente a Carvajal la idea de las cuestionadas declaraciones de Jackson (algunos apuntan al propio ministro), su estilo -que algunos definen como “avasallador”- no ha dejado a nadie indiferente en Palacio. Según distintas fuentes, el periodista estaría asumiendo un papel de orejero permanente de Paredes, pero también se estaría involucrando con otros equipos para dar ciertas directrices generales respecto del lío de platas. En su círculo, sin embargo, recalcan que su rol ha sido acotado.
El comunicador fue sumado por el líder de la Secom como asesor externo por su experiencia previa en el gobierno de Michelle Bachelet, donde tuvo que enfrentar varias crisis políticas. Pese a eso, según quienes conocieron de su arribo a la Secom, señalan que habría respondido a una recomendación del también socialista Ricardo Solari. (La Tercera)