La Muralla China-Jaime Said

La Muralla China-Jaime Said

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Esta fantástica obra demoró 1.700 años en construirse, con una longitud de 2.100 kilómetros, comparable a cinco veces la distancia entre Nueva York y San Francisco.

La perseverancia del imperio chino es milenaria, mientras que América recién fue descubierta en el siglo XV.

Es difícil imaginar que las repúblicas de América despertaran al dragón chino para dejarlo pasearse desde oriente a occidente con tanta facilidad. Solo se necesitó un pequeño remezón de Estados Unidos, al imponerle alzas arancelarias, para que se iniciara una guerra comercial. Mientras, China tiene más de 1,2 billones de bonos del tesoro norteamericano acumulados en sus reservas producto de la emisión de deuda de Estados Unidos; una mayor molestia a China y esta podría inundar los mercados de occidente con dólares, obteniendo la supremacía del poder económico, tecnológico y militar del mundo. Los indicadores de los mercados ya muestran una turbulencia fuera de control ante tal escenario.

Mientras China crece al 6,6%, América lo hace al 3%; todo lo cual indica que al acomodarse una desaceleración, esta impactará en la economía mundial, sometiendo al continente americano al gobierno de Beijing.

En nuestro país se observa un bajo crecimiento, del 1,8%, y se sincera un incumplimiento de metas para este año. La dependencia de las exportaciones de cobre a China equivale a US$ 19 mil millones, un tercio del total de nuestros envíos al extranjero, mientras importamos desde China US$ 15 mil millones en bienes de consumo, lo que destruye la industria y el empleo nacionales, consumiendo reservas internacionales.

La buena noticia en este desbarajuste es el tipo de cambio, que se devalúa un 17%. Esta situación comenzará a frenar las importaciones y viabilizar un síntoma de estímulo a las exportaciones. El mayor valor agregado de las exportaciones de servicios podría generarse en el turismo “modelo español de ingreso permanente”, lo cual hay que evitar que se evapore si la moneda permanece en un nivel de 700 pesos, devaluación que no es suficiente para desacoplar la sobreponderación del precio del cobre del tipo de cambio.

Se necesita hace muchos años estimular la industria de exportación no tradicional y hay que revisar todas las formas de hacerlo realidad. Nuestra inflación del 2% está por debajo de la meta del Central, con un nivel indomable de cesantía del 7%. No bastará con una baja de tasas, sino que se necesita un cambio estructural para mejorar nuestra balanza comercial.

Mientras China tiene una paciencia de largo plazo, Estados Unidos monta un circo de corto alcance para fortalecer las próximas elecciones. Este fenómeno se irá nublando después de la vuelta electoral y tendremos que movernos al ritmo del imperio asiático, frente a una muralla comercial que no permitirá ser derribada tan fácilmente.

Los empresarios debemos trabajar bajo un temporal, como la economía que se enfría si no existe alguna protección para mantenerla en una atmósfera controlada.

La tasa de interés que subió el Banco Central en octubre del año pasado para reducir el estímulo monetario, bajo un escenario de alta actividad que amenazaba a la inflación, fue un error. Debió haber bajado la tasa para estimular la inversión y en una dirección de crecimiento con más energía.

Sugerirle algo al Banco Central, donde habitan economistas autónomos que analizan complejos diagramas de estadísticas y predicciones, es imposible. Tendremos que acostumbrarnos a la volatilidad del cobre, que gobierna nuestra economía, mientras dure la guerra comercial entre Estados Unidos y China.

Jaime Said

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