Ya lo ha hecho varias veces antes, pero ahora todo indica que es un rol distinto. Que Cecilia Morel, la esposa hace 46 años de Sebastián Piñera salga a hablar de política, contingencia, y a tratar de explicar o traducir al gobernante, ha ocurrido en el primer cuatrienio y en éste: fuera que ella tenga su propia agenda de actividades y preocupaciones, ha sido una fórmula de que su rostro «más amable”, cuyo fuerte son las habilidades blandas, amortigüe las críticas o complemente al Mandatario. Ahora volvió a la carga: arrancó marzo dando entrevistas -entre ayer y hoy ya van dos- por primera vez sobre la crisis, el gobierno y los costos personales que -ha hecho hincapié- ha pagado la familia presidencial.
La Primera Dama ha mantenido un cierto tren de actividades y salidas a terreno en medio del proceso que llevaba cuatro meses, pero ha estado guardando silencio ante ella. Especialmente desde que ella también quedara como blanco de las críticas cuando el mismo fin de semana después del 18 de octubre se viralizó ese audio suyo en que describía lo que estaba pasando como “una invasión alienígena”. Pero, en paralelo, definió sentarse a conversar con gente de oposición, de la sociedad civil, para escuchar y hacerse una propia opinión sobre por qué estalló la crisis.
El tropezón del famoso audio es una de las preguntas obligadas que ha debido enfrentar en su ronda de regreso a las entrevistas. Le pasó en la que publicó ayer El Mercurio, donde reconoció que fue “un desacierto mío” y que lo había dicho en “un momento mío emocional en que estaba muy afectada, muy conmocionada, fue casi como un desahogo”. Ahora le toca enfrentar esta interrogante y otras incómodas.
La otra diferencia con sus intervenciones anteriores la contó ella misma en la entrevista que transmitió hoy Bienvenidos, el matinal de Canal 13. En un momento dijo que en estos meses ha tenido un “rol más de contención afectiva con él”, porque “el pobre llega, que le dicen por un lado, que le dicen por otro… ser Presidente es muy difícil siempre, pero especialmente en tiempos de crisis, en que tú recibes opiniones absolutamente opuestas”. Ahí contó que, además, “su rol ha sido escuchar, acoger, y me junté con adultos mayores, con jóvenes, con artesanos, incluso con personas de otras tendencias políticas”.
La Primera Dama, cuentan en La Moneda, ha sostenido una agenda reservada de encuentros con personeros de “la sociedad civil” y con personas de la oposición y hasta exministros de la administración de Michelle Bachelet, Parte II. La mayoría de los nombres están bajo llave, pero uno de ellos fue la extitular de Educación y hoy integrante del directorio de TVN, Adriana Delpiano (PPD).
Hasta donde se sabe, ambas se reunieron en privado, a solas y una única vez, en los primeros días de noviembre. Entonces Piñera había hecho la pérdida de sacar a Andrés Chadwick de Interior (28 de octubre), y las protestas y desmanes se habían traducido en críticas y presión de la misma derecha para que aplicara más rigor.
Según Delpiano, “no soy amiga de ella. Me parece una persona agradable, amable y una dispuesta a… me parece interesante que alguien de gobierno quiera tener opiniones de distintos sectores sobre lo que está pasando”. Recalca que no se conocían personalmente: “Había visto en alguna actividad, en algún almuerzo, en algún desayuno de La Moneda, no sé, me la tengo que haber topado”.
Un tanto reticente a comentar detalles, la exministra sí recalca que “claramente fue una conversación muy franca de todo lo que pensaba, si no, para qué me estaba invitando”. Y que fue sobre ”mi mirada sobre lo que estaba sucediendo”.
-¿Por qué la habrá invitado si no son amigas y apenas se conocen?
«No tengo la más mínima idea. Supongo que tendrá una imagen que yo soy una persona que soy más dialogante, no sé. No lo tengo claro. Porque fui ministra del gobierno anterior».
-A lo mejor quería saber si ustedes, en el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, vieron venir esto, porque hoy insistió en que “no lo vimos venir”.
-No, no, ella me dijo “¿Cómo ves tú la cosa?” y punto. Ya. Nada más.
En La Moneda no desean entregar más detalles sobre la agenda que la Primera Dama se tenía guardada. ¿Por qué está hablando ahora y por qué se sabe esto ahora? La versión que entregan en su equipo es que “al inicio de la crisis», ella juzgó “que no era importante salir” a hablar. Y que fue entonces cuando comenzó a reunirse con gente de la “sociedad civil” y con personas de oposición entre las que se contó Delpiano. Agregan que al menos se ha juntado con cerca de una decena de personeros políticos.
La misma versión -que no repara en cuánto incidió en su decisión el episodio de los “alienígenas”- insiste en que Morel estimó que tenía que recoger opiniones y hacer un trabajo “privado interno”, y después de eso correspondía volver a dar entrevistas. Su gente insiste en que su rol no es salir en defensa del Presidente, pero sí defender “el rol social” a través de su programa “Compromiso País”. (La Tercera)