Desde la perspectiva cristiana, la Navidad representa la celebración del nacimiento de Jesús y los valores asociados a su mensaje de amor y paz. Simboliza el altruismo, la preocupación por los demás, la reconciliación la gratitud y el amor al prójimo más que a uno mismo. En una carta a El Mercurio el Cardenal Fernando Chomali, Arzobispo de Santiago, se refirió a la posible invitación que podrían hacer las autoridades a los alumnos que rindieron la PAES. “Excelente agasajar a los mejores puntajes, dice. Sería interesante esta vez invitar también a quienes obtuvieron los más bajos para saber quiénes son, dónde viven y estudian, y cómo los podemos ayudar para que no se frustren sus sueños”.
Ojalá la reflexión y el pensamiento en el otro, se tome a la política, al gobierno, a la justicia, al parlamento y a la sociedad entera en estas fechas. Es una responsabilidad de todos encender la luz que prometa futuro a los ciudadanos que habitan en Chile. El ser humano debe volver a estar en el centro.
Sectores creyentes y no creyentes de la militancia política, presidentes de partidos solo miran su pedazo de interés y no solo se niegan a unirse, sino a dialogar con el interés de lograr acuerdos. ¿Dónde quedan los valores? ¿Cuál es la religión y la creencia que los mueve?
Esta semana, en medio de una discusión tan importante como es la reforma al sistema político, el Frente Amplio presentó su propia propuesta, impracticable a claras luces, tratando de frenar lo que iba avanzando en la discusión, ya que el Senado aprobó legislar. Claro, el PC no estaba de acuerdo. Esto es obstructivo y no conversa con la buena política, porque evita el diálogo genuino.
Los portazos entre distintas fuerzas políticas han sido fuertes estas semanas. Aquella unidad del Rechazo de septiembre del 2022 se esfumó en una densa maraña de intereses políticos y partidarios que ha dejado de lado lo esencial que es estar cerca de todos aquellos a quienes no les va bien, no viven seguros, no reciben buena educación, no pueden acceder a una salud digna y sin listas de espera. Todos esperan la propuesta país y una clase política que deje de lado el ataque a quien piensa distinto.
El país está estancado no solo en la economía sino en lo moral.
Gobierna un modelo de izquierda que se ha alejado del modelo tradicional cuyo objetivo era el pueblo y los trabajadores. Se han ido a un moralismo cubierto de una superioridad destructiva. Si no se es identitario, se es fascista, o se es homófobo o algún otro adjetivo. Se pierde el valor de la diferencia. De los matices. Se puede ser altruista en un sentido y egoísta en otro. Piden la pureza total desde la discursiva y no desde la acción. Se han alejado de lo concreto de la vida práctica y cotidiana de las personas.
Un importante analista político norteamericano señaló que no es solo que Trump ganó la elección, sino que Kamala Harris la perdió porque se fue por el lado feminista, identitario, golpeando y atacando al adversario. El ser mujer, de color y feminista no le alcanzó para ganar y poder gobernar. Trump ya perdió una vez con Biden. Ahora ganó. ¿Es que muchos se volvieron republicanos? No es razonable pensarlo. La derecha en el mundo ha hecho propuestas concretas, no así las izquierdas.
Hoy en Chile existe un vacío de propuestas y a quien propone, se le ataca. Se percibe la distancia, la dificultad para dialogar y acordar y la agresión como forma de trato. Esto debe cambiar. Ojalá ocupe la reflexión navideña.
Además de capturar el corazón y la mente la fecha festiva, ojalá se transforme en un efectivo nacimiento de otro modo de vivir, de otra forma de mirar y sentir al otro, que permita comprender cómo han cambiado las personas y su situación como también el entorno en que se vive, lamentablemente, no para mejor.
Deseándoles a todos que esta Navidad de 2024 sea en amor con los suyos y los demás, en paz, reflexión y empatía por los otros. (El Líbero)
Iris Boeninger