Qué difícil se hace ver las noticias en la TV. Conozco mucha gente que la apagó. El panorama es desolador con las largas notas concentradas en los abusos de Carabineros y los incendios en la V Región.
Esto fue al mediodía de ayer martes, pero apostaría que la noche fue igual, más la acusación constitucional contra el Presidente. Después de un mes, las pantallas siguen explicando la crisis social y de orden público como una de violaciones a los derechos humanos de Carabineros, con mayor o menor complicidad del Gobierno, e ignoran casi completamente todo lo que han destruido, saqueado e incendiado en estas manifestaciones “pacíficas”. Ni una palabra para las víctimas del Metro que el lunes y el martes volvió a cerrar sus puertas en diferentes estaciones de Puente Alto y la Línea 1 porque estudiantes que capean clases continúan dándose el lujo de amenazar el servicio que el Gobierno ha repuesto con mucho esfuerzo en beneficio de millones de santiaguinos que dependen de él.
Transmiten las acusaciones de que Carabineros cortó la luz en la Plaza Italia el lunes, pero no dicen una palabra sobre los miles de punteros láser que, como miramos, estos protestantes pacíficos usan en contra de la policía. Ni una mención tampoco sobre los fuegos artificiales que aparecen en las imágenes (¿quién los financia?) y ni medio reproche a los estudiantes que rompían las veredas, como ya es habitual, para lanzarlas en pedazos contra los uniformados. Ni una palabra del terror que siente la gente normal que, a diferencia de los empleados públicos, en paro, y de los estudiantes siempre movilizados, tienen que trabajar para comer, y a los que la normalidad se les convirtió en algo extraordinario.
¿Realmente no se dan cuenta que están alimentando un festín para los anarquistas, los narcos y los delincuentes?
¿Es que en ningún momento han sentido amenazadas sus familias o al país por una ola de fuego que solo conduce al abismo?
Confío en que no terminen siendo sus víctimas también.
Pilar Molina Armas
Periodista
