El exministro de la Secretaría General de la Presidencia, hoy académico de la Universidad del Desarrollo y colaborador de la candidatura presidencial se Sebastián Piñera, Cristián Larroulet, está convencido que al igual que en 2009 la carta de Chile Vamos va a ganar el próximo 17 de diciembre.
Admite eso sí que el resultado del 19 de noviembre provocó “un remezón”, pero éste ha sido “muy positivo”, porque “veo que muchas personas que no fueron a votar -producto de ese ambiente de optimismo que marcaron las encuestas-, hoy van a ir a votar”, además de “los votantes de Carolina Goic y personas del FA que a raíz de este apoyo a Alejandro Guillier, están frustrados con la actitud de Beatriz, esos votos van a ir a Sebastián Piñera.
– Dice que irán más personas a votar, pero en 2009 entre la primera y segunda vuelta no aumentó la participación ciudadana entonces ¿por qué pasaría ahora?
– Lo que pasa hoy es que la gente tiene legítimamente un temor mucho mayor de la candidatura de Alejandro Guillier, por dos razones: la primera, es el continuador del gobierno de Michelle Bachelet y hay que recordar que este es el peor gobierno desde la perspectiva de las oportunidades y de la equidad en los últimos 30 años. Va a terminar creciendo menos de 2% y la creación de empleo ha sido muy débil y recordemos que entre el 60% y 70% de la explicación de la disminución de la pobreza es el crecimiento económico. Eso qué me dice: que la gente se imagina una situación similar. Peor aún las propuestas del Frente Amplio que están siendo acogidas por Alejandro Guillier, que agravan los factores que explican el bajo crecimiento y desarrollo.
Guillier habló de meterle la mano en los bolsillos a los empresarios, replicando la frase de Nicolás Maduro, entonces los ciudadanos internalizan eso, por el lado económico ven una amenaza. Lo segundo que ve la ciudadanía, son los errores políticos. Guillier ha tomado esta idea de la asamblea de la civilidad, ha llevado como asesor a Fernando Atria, que está proponiendo una fórmula para saltarse los quórums constitucionales en la construcción de una nueva Constitución y eso políticamente es poner a la gente en una incertidumbre total frente a la principal ley.
– Pero Piñera desde el 19 hasta ahora también ha tomado propuestas más cercanas a la Nueva Mayoría, gratuidad, ahora se abre a la idea de una AFP estatal…
– Sebastián Piñera siempre ha hablado de unidad, no ha hecho una campaña sembrando el odio, la división, los ricos contra los pobres. Ha dicho: ‘No quiero retroexcavadora, lo que quiero es básicamente unidad para que Chile vuelva al camino del desarrollo’.
En la segunda vuelta ha hecho una cosa que me parece muy razonable y que responde a ese espíritu, que es recoger propuestas de los programas de gobierno que a él le parecen relevantes, por ejemplo la gratuidad para los Centros de Formación Técnica e IP de la propuesta de Carolina Goic y del programa de Ricardo Lagos, la propuesta de infraestructura, mejoramiento y calidad de vida de las ciudades.
En el fondo, este planteamiento que ha hecho está en un contexto perfectamente coherente, no es que él haya sido incoherente. Desde el primer día planteó esta mirada de unidad. Y si quiero la unidad y reconozco que hay personas que piensan distinto, entonces tengo que buscar fórmulas para recoger eso y lo ha hecho con sus nuevos anuncios en el programa de gobierno.
– ¿Entonces, cuál es el relato de esta candidatura de cara a la segunda vuelta y para su eventual gobierno, para no quedarse con la idea de que se dio una voltereta?
– Creo que esa crítica no tiene ningún fundamento. El relato desde el primer día es: hicimos una transición exitosa, que es ejemplo en el mundo. Le estamos proponiendo al país una segunda transición hacia el desarrollo. Esa transición tiene que recoger la unidad, la propuesta de todos los sectores, y lo que ha hecho en estos días es ser completamente coherente con ese relato de transición.
Chile lleva un siglo tratando de ser desarrollado, lo que demuestra que es muy difícil, no hay un país en Sudamérica que lo haya hecho, nosotros estamos al borde. Esa tarea requiere unidad, por eso digo que no es inconsistencia lo que está pasando ahora, si es de unidad tengo que estar dispuesto a recoger propuestas razonables de otro sectores y eso es lo que ha hecho en estos días y es lo que va a hacer. ¿Se va a alejar de los principios que planteó: solidaridad, justicia, progreso y oportunidades? No, pero nadie puede decir que las propuestas que ha tomado son contrarias a esos principios.
Más aún, es la única persona que desde el primer día ha planteado este tema de clase media protegida. Es una candidatura de clase media.
– Se acusa que Guillier promueve el odio cuando habla de meter la mano en el bolsillo de los millonarios. ¿Y cómo se leen los anuncios de los agentes del mercado que anuncian una suerte de colapso financiero si no gana Piñera?
– Los mercados no tienen ideología, no se mueven por posiciones políticas, se mueven en función de cómo ven que viene la economía y en el caso de Alejandro Guillier ven un escenario donde el crecimiento es de continuidad. Es inevitable que los mercados se tengan que ajustar. El responsable es quién anuncia las políticas públicas.
Esto es, incluso, más grave de lo que ocurrió en octubre de 2013 cuando se anunció la reforma tributaria, hubo un impacto y se criticaron las declaraciones que algunos hicimos en ese momento. ¿Y cuál fue la realidad? Se hizo una reforma tributaria que fue criticada por los exministros de la propia Concertación y resultó ser un fracaso. Llevamos 4 años con la inversión por el suelo y lo grave es que también afectó a las finanzas públicas. Llevamos 4 años con un déficit promedio efectivo de 3% del PIB, que ha derivado en que la deuda pública vaya a ser 30% del PIB cuando hace 10 años era de solo 5.
– ¿Entonces, cómo ve el tono que ha tomado la campaña?
– Lo que más daño ha hecho a esta campaña es el rol que está tomando el gobierno. Es natural que los presidentes tengan su postura, es lógico y parte de la democracia, pero distinto es transformarse en la campaña. Hemos visto una actitud del gobierno completamente distinta de la que había habido en la primera vuelta y eso efectivamente genera crispación y un mayor nivel de división. Digamos las cosas como son, el jefe de campaña cambió y ¿quién es? Michelle Bachelet; ¿quién entró a la vocería de la campaña? La ministra Narváez y todos los ministros. ¿Quién es el jefe territorial? Mahmud Aleuy ¿Y quiénes son los voluntarios? Los miles de funcionarios públicos que con la plata de todos los chilenos están hoy haciendo campaña.
– ¿Se ha puesto en el escenario que gane Guillier?
– (Silencio) …No, pero creo que sería un resultado muy dañino para este Chile que quiere progresar, que quiere mas justicia, que no quiere abusos, este Chile que quiere dar un mejor futuro a sus hijos, mejor educación, mejor salud y más seguridad. Por qué, porque Guillier se ha planteado como un continuador de este gobierno en las reformas, pero un continuador que las profundiza y si él no quiere profundizarlas, el FA se lo va a exigir.
DISCIPLINA FISCAL
– ¿Qué tan financiado está el programa de gobierno? Se plantea una baja del impuesto a las empresas, pero se han sumado medidas como la gratuidad.
– Para Sebastián Piñera el tema de la disciplina fiscal es una condición sine qua non. Era un activo de todos los gobiernos y fue tirado por la borda por éste. Entonces, hay que recuperar ese concepto, por eso es que el programa de gobierno está estudiado hasta el más mínimo detalle de su gasto y de su financiamiento, que proviene de dos fuentes: la mitad aproximadamente, por el mayor crecimiento económico que se va a producir; y la segunda fuente viene de reasignación de programas, muchos de los cuales están mal evaluados por la propia Dipres.
El perfeccionamiento de la reforma tributaria está en la lógica del financiamiento. Se necesita estimular el ahorro y la inversión, que ha caído aproximadamente 3 puntos del PIB y para recuperarla hay dos instrumentos: el primero es bajar un poco la tasa de impuestos al ahorro y la inversión y el tema de la tasa de impuesto corporativo. Se ha propuesto una cosa muy moderada, gradualmente ir convergiendo a la tasa promedio de la OCDE. Eso es perfectamente financiable en la lógica de que ayuda a estimular el crecimiento y en la lógica de que el mayor crecimiento va a poner la mitad del financiamiento.
Los US$ 14.000 millones son al final del periodo y es una convergencia gradual hacia el balance estructural. En eso, no nos vamos a perder. (DF)