Las muñecas y los muñecos-María Paz Lagos

Las muñecas y los muñecos-María Paz Lagos

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Hace unos días el debutante Ministerio de la Mujer relanzó una campaña navideña para terminar con supuestos estereotipos de género. En palabras simples, la invitación es a regalar camiones a las niñitas y muñecas a los niños hombres.

En otro escenario, un grupo de destacados personajes de este país, que incluía a empresarios y dos precandidatos presidenciales, se reunieron esta semana en la tradicional comida anual de Asexma, donde, sin ningún complejo, festinaron mientras el ministro de Economía recibía en sus brazos a una muñeca inflable como regalo para “estimular” el crecimiento del país. In situ, ninguno de los caballeros presentes se sintió en pecado ni pensó que era una denigración de la mujer, reduciéndola a un objeto sexual.  Al contrario, se rieron como escolares ante una revista porno.

Bastó el estallido de las redes sociales para que vinieran los perdones de rodilla. Era como si el papá, o en este caso mamá Bachelet, los hubiera sorprendido portándose mal. El problema es que entre los mal portados no había ninguna noción de estar cometiendo una falta. Años de trabajo del Sernam parecieron desdibujarse en una escena con varios hombres muertos de la risa.

Para el Gobierno, “el muñeca gate” demostró ser un fracaso más en su gestión, esta vez en su agenda de género. En el caso de la Presidenta, la sensación debe haber sido parecida a llevar años enseñándole matemáticas a un hijo para que termine sacándose puros 1. El hecho tampoco la ayuda demasiado en su carrera internacional, que retomó hace rato, buscando aprobar leyes a favor de los derechos de la mujer para tener puntos en el currículum ONU.

Pero los hechos de esta semana dan cuenta de algo más profundo. Pareciera que mientras la preocupación gubernamental es por el lenguaje inclusivo o qué cosas les regalamos a nuestros hijos, se han olvidado de trabajar el respeto profundo por la dignidad de la persona, entre ellas las mujeres. Los métodos de enseñanza se pusieron en jaque. Su concepción ideológica —que separa lo cultural de lo biológico, que le quita valor a la complementariedad de los sexos y que busca una igualdad que termina por anular a las personas— hace que ocurran chascarros como el que vimos en la Asexma esta semana. (El Líbero)

María Paz Lagos V., periodista y magíster en Ciencia Política

 

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