Litio: la base de la energía del futuro- Claudio Martínez

Litio: la base de la energía del futuro- Claudio Martínez

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Chile está implementando una decidida transformación de la base energética del país. “Estamos viendo un verdadero cambio mundial” señala Al Gore en su último documental An Inconvenient Sequel, respecto a la situación de la energía a nivel planetario. En el mismo largometraje se presenta con entusiasmo “el caso chileno” como una buena política, al multiplicar por mil los proyectos solares aprobados o bajo construcción en los últimos cuatro años. Esto demuestra cómo el país puede sumarse a las nuevas tendencias globales en energía sustentable y amigable con el medio ambiente.

Para almacenar estas nuevas energías y contar con una electricidad limpia de abastecimiento seguro, necesitamos desarrollar la industria nacional del litio. Nuestro país posee una de las mayores reservas de este mineral en el mundo, pero lo está exportando sin visión estratégica y con mínimo valor agregado. Esto provoca que se pierdan posibilidades de desarrollo tecnológico de base científica, generación de empleos y mayores ingresos económicos, además de descuidar los potenciales impactos sociales y ecológicos.

Estamos hablando de un recurso fundamental para el presente y futuro del mundo, gracias a sus singulares propiedades físico-químicas. Hay tres aplicaciones destacadas del litio que abren un sinnúmero de posibilidades en investigación y desarrollo: su capacidad para almacenar energía en baterías eléctricas y acumuladores termosolares; su eficiencia energética, con el uso de aleaciones livianas y resistentes en aviones, barcos y rodados, como son las de aluminio-litio; y además constituye el elemento clave en la producción del tritio, que es el combustible de la fusión nuclear.

A pesar de estas aplicaciones y muchos otros usos por investigar, Chile hoy solo está en condiciones de exportar la materia prima sin procesar, al igual que lo hizo con el salitre y lo hace actualmente con el cobre. No podemos dejar una vez más que las principales riquezas nacionales sean capitalizadas exclusivamente por entes privados, cuando es el Estado quien debe jugar un rol activo, incorporando la ciencia y tecnología de forma estratégica con mirada de futuro. Agregar valor a nuestros recursos, no solo al litio, contribuirá a generar más riqueza para el país, mayor sustentabilidad, bienestar y desarrollo. Esto es urgente para construir un país más justo, con una mejor educación, mejor salud y mejor previsión, ámbitos que se beneficiarían de una economía basada en el conocimiento.

Ante este desafío, el papel de las universidades públicas es ineludible, ya que estamos trabajando colaborativamente para entregar evidencia científica multidisciplinaria al diseño de políticas públicas, y además contamos con las capacidades para posicionarnos a la vanguardia en el desarrollo tecnológico de este recurso. Es por esto que hacemos un llamado a las autoridades del país, candidatos presidenciales, universidades, empresas y la sociedad en su conjunto, a que aprovechemos esta nueva oportunidad que el litio nos entrega, para implementar un proyecto país dirigido desde la institucionalidad pública y hacer de Chile el país desarrollado que merecemos. (La Tercera)

Claudio Martínez

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