“Los 50 del lanza” es la segunda entrega de la saga que comenzó con la exitosa novela “Lanza internacional”, del escritor chileno Eduardo Labarca, también conocido por su libro “Salvador Allende: biografía sentimental”.
Con una prosa depurada, densa y diáfana, el libro recorre las aventuras de “el Flecha”, ladrón trotamundos que conocimos de joven y que, en esta entrega, sale decidido a retirare de la cárcel española de Topas el día que cumple 50 años. En las más de trescientas páginas que componen el texto se podrán encontrar las anécdotas de su vida como lanza en Europa, escritas con un estilo que no por casualidad tiene el lenguaje preciso de un abogado y la curiosidad innata de un periodista.
“No bastaba con una buena historia y contarla de cualquier manera. No sabes la cantidad de cambios que hice. Cada vez que corto una palabra que me sobra es una victoria; cada vez que saco un párrafo es un triunfo; y una página, mejor todavía. Como abogado, sé que el lenguaje jurídico consiste en decir con la mayor claridad una idea y con el mínimo de palabras; eso son las leyes. Luego yo fui periodista, y me encantaba la cosa policial, ir al lugar del crimen, tener diez minutos para despachar y armar una historia convincente”, comenta el escritor.
Para entender la psicología del personaje principal de su novela explica que “los lanzas chilenos, que son los mejores carteristas del mundo, tiene algo único, que es que, a pesar de haber salido de poblaciones muy marginales, son capaces de pasearse por París y por Nueva York, casi de forma inadvertida”. A su juicio, tienen algo que es propio del chileno: la identidad tenue. “La gente de nuestro país, a los dos o tres días de estar fuera de su tierra, se adapta. Eso ocurre porque somos muy inseguros en cuanto a nuestra identidad”.
Según Labarca, la identidad difusa del lanza chileno facilita su adaptación y, sobre todo, la posibilidad de mimetizarse y disfrazarse: “ese es un factor clave de la idiosincrasia chilena que facilita la labor del lanza internacional”.
El autor, si bien tuvo contacto directo con lanzas internacionales, ignora si alguno de ellos se siente identificado por su personaje. “Son personales inteligentes”, dice, “no se inventan como si nada; son cabros audaces, despiertos”.
Además, le interesa destacar que el lanza es un ladrón antipersonal y no un antisocial, como lo califican los medios de comunicación. “Yo pienso que los verdaderos antisociales son los tipos de la papelera del señor Eliodoro Matte, que durante 10 años nos estuvo robando a todos, miles de millones de pesos, o los señores de Penta, de los pollos, de La Polar, que falsificaron casi un millón de cuentas, o los señores de las farmacias; esos son los antisociales y el día que los pillen no van nada a colina 1 o colina 2, sino que al punta peuco de los cuicos, que es el Capitán Yáber, y después se van a arresto domiciliario a Vitacura o La Dehesa.