La caza de ballenas en el siglo XX estuvo a punto de extinguirlas debido a la falta de regulaciones en ese momento a nivel mundial. La industria ballenera, además, tiene un impacto ambiental influyendo en el cambio climático y contaminando el océano con plástico.
Es por esto que en 1986, la CBI prohibió la caza de ballenas a los países miembros de la comisión, sin embargo algunos de ellos, como Japón, decidieron retirarse y continuar con esta práctica indiscriminada.
Japón ha estado practicando caza de ballenas supuestamente con fines científicos desde los inicios de la prohibición. Sin embargo, el Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW) asegura que se trata de una práctica ampliamente reconocida como un encubrimiento para su operación de la caza comercial de ballenas.
“La carne de estas ballenas -supuestamente asesinados por la ciencia – se vende en los mercados de alimentos o se distribuyen gratuitamente o a bajo costo a escuelas y hospitales con la intención de fomentar la comercialización para su consumo”.
La caza que generalmente realizan dos veces al año significa la muerte de más de 1.000 ballenas de minke, o enanas, en el Santuario Oceánico del Sur, y 100 ballenas de minke, 50 ballenas de Bryde y 10 cachalotes en el noroeste del Pacífico.
Este país anunció que en julio del 2019 se retiraría de la CBI para volver a la caza comercial de ballenas después de haber permanecido en la comisión por casi 70 años.
Japón ha recibido la crítica de países como Australia y Nueva Zelanda, quienes ha expresado su extrema decepción y lo catalogan como una práctica “anticuada e inútil” respectivamente.
Por su parte, Greenpeace también se ha manifestado al respecto, el representante de la organización en Japón, Sam Annesley explica que es “una decisión completamente desfasada que ignora la necesidad de proteger nuestros océanos”.
Yoshihide Suga, portavoz del gobierno japonés, aseguró que la práctica igualmente se regirá bajo los parámetros limitativos “de captura calculados de acuerdo con el método adoptado por la CBI para evitar un impacto negativo en los recursos cetáceos».
Según el portal Nueva Tribuna, también confirmó que “la caza se limitará a las aguas territoriales de Japón y la zona económica exclusiva sin llegar a aguas de la Antártida o en el hemisferio Sur».
Entre los otros países que se han retirado de la CBI:
Noruega permaneció bajo los parámetros de la prohibición hasta 1993, año en el que decidió renunciar a la caza de ballenas de minke, y desde 2002 existe una especie de caza “regulada” que les da la autorización de cazar por motivos comerciales. En un principio sólo estaba permitido cazar 671 ballenas de minke, sin embargo ese número ha ido subiendo, llegando a más de 1.000 actualmente.
Islandia era miembro de la comisión inició proyectos de investigación científicas que requerían la caza de ballenas, pero el país finalmente se retiró en 1992. En 2004 volvió a la CBI y se retiró nuevamente en 2006, siendo capaces de matar a más de 200 ballenas de minke y de aleta en un sólo año. (SoyChile)