Se cumplió medio año desde que el Partido Radical proclamó a Alejandro Guillier. Pese a ello no se observa un comando consolidado y más bien, se anuncia que ese tema se resolverá una vez recolectadas las firmas para inscribir la candidatura. Si se tiene en cuenta la ventaja que muestra el candidato de la derecha, parece natural pensar que la candidatura debería haber pisado, hace tiempo, el acelerador.
El crecimiento es un tema central de la elección presidencial. La derecha y el empresariado, ha instalado la idea de que la desaceleración de la economía es consecuencia de las reformas. Guillier no ha levantado, con suficiente fuerza, una visión más apegada a los hechos. Ello pese a que, incluso, académicos de derecha reconocen que la economía enfrenta desde hace más de 10 años un estancamiento de la productividad, un bajo gasto en ciencia y tecnología y una excesiva dependencia de los recursos naturales. Los problemas se expresan además en que en el período indicado no han surgido nuevas actividades significativas y el país está ausente de las industrias más dinámicas de la economía mundial.
Las bases programáticas de Guillier muestran proposiciones interesantes para superar los problemas estructurales de la economía. También en el campo social donde se apuesta a terminar con la primacía de la capitalización individual en el sistema previsional y se proponen reformas importantes a las Isapres. La campaña, sin embargo no se estructura en torno a estas temáticas lo que plantea la pregunta sobre cuál será su orientación fundamental: ¿Se estructura una propuesta que priorice el crecimiento como opuesto a la profundización de las reformas (como sugiere la derecha y sectores vinculados a Espacio Público y Cieplan) o se apostará a la profundización de las reformas como camino hacia una mayor equidad que se articula positivamente con las reformas económicas orientadas a recuperar el crecimiento dinámico como efecto de un rol económico más activo del Estado, por su involucramiento en la generación de nuevas actividades productivas que incentiven las fuerzas creadoras existentes en el mundo empresarial y que permitan el crecimiento del empleo de calidad?
También la interacción con la actual administración, resulta problemática. No ayuda que frente a las proposiciones para recuperar la capacidad de crecimiento, la actual administración ponga énfasis en la reducción del déficit estructural y la contención del endeudamiento público (bajo en cualquier comparación internacional). El compromiso con el cambio en el sistema previsional de Guillier no es consistente con el inmovilismo del actual gobierno en la materia. El proyecto anunciado para julio, no tendrá espacio legislativo. Más compleja será la situación si frente al aumento de remuneraciones solicitado por el sector público, la Administración repite la estrategia confrontacional del año pasado.
Ello confirmaría las dificultades de comunicación de la coalición de gobierno con este sector, que junto con los sectores populares y los sectores medios, que han accedido a la educación superior y no ven compensados con mejores ingresos sus esfuerzos, constituyen la base social de la centroizquierda. (La Tercera)
Eugenio Rivera