El empleo se convirtió en el nuevo campo de batalla electoral entre el ex Presidente Sebastián Piñera y el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, que se ha convertido en un actor relevante en estas elecciones presidenciales.
El ex Mandatario anunció que creará 600 mil nuevos empleos para “lograr que nuestro país recupere el pleno empleo, ya que no hay mejor política laboral que el pleno empleo”. También agregó que cuando hay pleno empleo, “los salarios suben, las condiciones de trabajo mejoran, la capacitación se hace más necesaria y nadie vive con temor a perder la pega”.
Para ilustrar la diferencia que lo separa de Bachelet en materia económica, Piñera dijo que durante su mandato se crearon 158 mil empleos más, en promedio cada año, que en el gobierno de Bachelet; que el crecimiento económico en su período fue de 5,3% versus 1,8% de la Presidenta, y que el aumento de los salarios fue de 16%, en vez del 0,6% de la actual administración.
La respuesta le llegó de inmediato de la vocera del gobierno, Paula Narváez, quien le pidió a Piñera entregar “la información con todos los datos sobre la mesa para no desinformar a las personas”.
Narváez -a quien la oposición ha acusado insistentemente de intervención electoral-, argumentó que durante esta administración se han aprobado 34 leyes laborales, versus las cuatro o cinco creadas en el anterior gobierno.
Las duras cifras de empleo e ingresos de los trabajadores en el gobierno de Bachelet
Más allá de la discusión política, en materia de empleo las cifras han sido esquivas para el gobierno de Bachelet.
Ello, porque sólo se han creado 353 mil nuevos puestos de trabajo en casi cuatro años, pero el 85% (298 mil) han sido por cuenta propia, por lo que no tienen previsión social ni de salud ni contrato. A ello se suman 150 mil nuevos empleos creados exclusivamente por el Estado para contratar funcionarios públicos y, en contrapartida, se han destruido 104 mil empleos asalariados en el sector privado, que son los que tienen contrato de trabajo, estabilidad, mayores ingresos y pagos de prestaciones sociales, como salud, previsión y cesantía.
Si se mide la creación de puestos de trabajo como promedio anual, en el gobierno de Piñera se generaron 254 mil empleos, y con Bachelet 92 mil empleos, lo que significa una caída del 62%.
Otros indicadores muestran el mismo desolador panorama laboral. Por ejemplo, la Nueva Encuesta Suplementaria de Ingresos 2016 (NESI) del INE, que recoge la información al trimestre octubre-diciembre de cada año para medir los ingresos de las personas y de los hogares a nivel nacional y regional, reveló que en 2016 las remuneraciones promedio de los trabajadores cayeron -0,5% en términos reales, siendo el segundo peor resultado y la segunda vez que se contraen las remuneraciones desde que se realiza la nueva encuesta (en 2014 se contrajo -1,7%).
De este modo, mientras que entre 2010 y 2013 las remuneraciones crecieron en 5,2% promedio al año, entre 2014 y 2016 muestran que apenas crecieron 0,2%, es decir, se encuentran prácticamente estancadas.
De este modo, un trabajador que en promedio mensual ganaba 515 mil pesos en 2013, al año 2016 vio aumentar este valor a 518 mil pesos, es decir un aumento de poder adquisitivo de apenas $3 mil mensuales en tres años de gobierno.
Esto contrasta con lo ocurrido entre 2010 y 2013, donde los trabajadores pasaron de un ingreso de $443 mil pesos mensuales a $515 mil pesos, es decir, $72.000 en tres años. Esto es 30 veces más que en el actual período.
Este estancamiento de los ingresos del trabajo ha significado que los ingresos totales de los hogares chilenos, es decir aquellos que consideran los ingresos del trabajo, de otras rentas, junto a las transferencias del Estado incluidos los gastos en educación, se contrajeran -0,03%, también el segundo peor resultado después de 2014 donde cayeron -0,5% en términos reales.
De este modo, mientras que en los años previos los ingresos monetarios de los hogares chilenos venían creciendo a un ritmo de 5,8% real al año, con el cambio de gobierno apenas lo hacen a 0,7% anual.
110 mil empleos estatales creados en el último año
El debate del empleo se produce en medio de la última cifra de desempleo entregada ayer por el INE (6,7%), que reflejó un aumento de tres décimas respecto al mismo período del año anterior, lo que significa cerca de 42.000 personas más que se encuentran desocupadas.
Sin embargo, los datos más preocupantes están en la creación de empleo y su composición, ya que en el último año el empleo aumentó en 155.909, de los cuales 110.282 son empleo asalariado en el sector público, explica Juan Bravo, investigador de Clapes-UC.
“Este aumento anual de empleo asalariado en el sector público es el más alto desde que existe la Nueva Encuesta Nacional de Empleo (es decir, desde enero-marzo 2010). Esto resulta complejo en un escenario de alta estrechez fiscal, en donde la futura administración, sea cual sea, debiese buscar empezar a reducir los elevados déficits fiscales de estos últimos años”, afirma Bravo.
Al mismo tiempo, el INE revela que se destruyeron 64.394 empleos asalariados en el sector privado, lo que da cuenta del deterioro que ha causado en el mercado laboral el frenazo económico. A su vez, el empleo por cuenta propia aumenta en más de 85 mil en el último año, donde más de 46 mil son realizados en la vía pública.
“Siempre advertimos del fenómeno del desempleo encubierto, esto es, personas que se encuentran trabajando pero que no están en pleno empleo, ya que están subempleadas. Este subempleo puede ser por insuficiencia de horas (jornada parcial involuntaria) o por competencias (trabajar en empleos que requieren calificaciones menores a las que el trabajador posee)”, sostiene el investigador de Clapes-UC.
Si se descompone la creación de empleo en el último año según existencia o no de subempleo, los empleos con alguna forma de subempleo aumentaron en 92.734, lo que equivale al 60% de los nuevos puestos de trabajo en el último año. Cuando se corrige la tasa de desempleo oficial por estas formas de desempleo parcial, la tasa de subutilización de la fuerza laboral pasa a 16,5%.
“En definitiva, todas estas cifras muestran un escenario en donde hay una falta de oportunidades de empleo en el sector privado producto de la debilidad económica”, concluye el economista.
El Líbero/Agencias