Los fenicios de Elisa-Alberto López-Hermida

Los fenicios de Elisa-Alberto López-Hermida

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Cuenta la leyenda, que los profesores universitarios siempre que nos solicitan hablar de algo nuevo hacemos malabares para terminar hablando de los dos o tres asuntos en los que de verdad sentimos que nos manejamos con soltura. Esos temas son los que se suelen llamar “los fenicios”, pues el origen del mito es un docente que fuera cual fuera el asunto del que debía exponer, siempre llegaba al valor de la cultura fenicia.

Elisa Loncón lleva ya demasiado tiempo recurriendo a sus fenicios a todo evento.

Lo cierto es que la ex presidenta de la fallida Convención Constitucional contadas veces se caracterizó por ser un elemento de unidad y de impulso hacia una nueva Carta Magna. Desde muy temprano se negó a condenar la violencia terrorista del sur del país, argumentando que no tenía el estándar de Mandela para ello (¡plop!) y apenas dejó de dirigir el órgano se paseó por diversos escenarios hablando de artículos que no existían o esgrimiendo interpretaciones antojadizas del trabajo que se estaba haciendo.

Luego, tras el aplastante rechazo a su trabajo, la ausencia de autocrítica ha sido absoluta, argumentando en cambio que se falseó el discurso, que se usó a los pueblos originarios para instalar una campaña de fake news de parte de la extrema derecha, “las 10 familias” y los medios de comunicación hegemónicos. Incluso culpó en Argentina al Presidente Gabriel Boric de no aprobar el quinto retiro, como una de las razones del fracaso. En Estados Unidos comparó lo sucedido con el nazismo y explícitamente dijo que no tenía crítica alguna a su trabajo.

Al nuevo proceso constitucional lo ha torpedeado desde el primer momento, tildándolo de poco democrático y asegurando que las mujeres no han estado incluidas en él (¡megaplop!). Racismo, machismo, elitismo y un largo etcétera que comparó con el Apartheid, al punto que hasta el mismo Presidente Boric tuvo que salir a decir, sin más, que Loncón estaba equivocada.

Elisa Loncón está en su derecho a decir lo que desee, pero las autoridades de Chile tienen el deber de salir al paso de declaraciones injuriosas sobre un proceso en el que aún nos encontramos y del que, más allá del resultado del primer intento, nuestros nietos deberían sentirse orgullosos.

El hecho de que la universidad en la que ella trabaja le haya otorgado un año sabático no es un problema en sí mismo. Dicha instancia está reservada para catedráticos de la mayor jerarquía y que han sido, según esa casa de estudios, un aporte significativo y, pese a todos sus bemoles, Loncón ha aportado desde la academia e hizo un intento -insistimos, con bemoles- al país.

El punto es que cuando un medio de comunicación solicita por los conductos adecuados los antecedentes de por qué este beneficio, se vuelva a esgrimir de parte de la institución y la misma Elisa Loncón los fenicios de racismo, machismo y elitismo.

Nadie duda de su capacidad académica, pero algunos tienen derecho a solicitar que se aclare la duda del porqué se le dio el beneficio de un año sabático justo luego de estar un año alejada de la academia trabajando por la redacción de una nueva Constitución para el país.

Ante esa duda, las casas de estudio tienen normativas claras, que deberían ser públicas y los currículums de los docentes deberían estar publicados en la página web de la institución.

La misma Loncón invitó ayer a visitar sus credenciales en la web de la Universidad de Santiago, pero lo cierto es que en ella sólo se ven publicaciones hasta 2017, asistencia a congresos hasta 2012, docencia en postgrado hasta 2012, en pregrado hasta 2011 y sólo figura uno de sus doctorados. En academia.edu, en tanto, sólo salen un puñado de escritos, muy lejos de la realidad académica de la profesora Loncón.

Llama la atención (ok, no…) el silencio del Colegio de Periodistas, cuando es un medio de comunicación el que solicita información para aclarar un asunto que la mayoría desconoce. Si como dice el Presidente Boric, la misión del periodismo es incomodar al poder y como sabe el Colegio de Periodistas nuestra labor es darle visibilidad a lo invisibilizado, no se explica el mutismo. Son muchos los casos en Europa y en América Latina en los que los medios de comunicación han destapado incoherencias -y algunas veces verdaderos fraudes- en torno al currículum de un líder.

En suma, es hora de que Elisa Loncón abandone sus fenicios por un momento y responda el fondo del asunto que se le pregunta en esta y otras instancias. En este caso, no hay cosa que le guste más a los académicos que mostrar sus pergaminos. Es el momento. (El Líbero)

Alberto López-Hermida