El presidente de Quiñenco, Andrónico Luksic, se refirió al fracaso de su inversión en el Banco Popular de España, luego de perder cerca de US$100 millones de la noche a la mañana.
Como ha sido habitual. el empresario utilizó su cuenta de Twitter para hacer sus descargo luego que su apuesta por la entidad española haya sido inversa a la esperada. «No siempre se gana, las inversiones tienen riesgos.
La empresa está analizando posible apelación, convencida de que el Banco tiene valor», indicó.
En la red social, el propietario de las mayores fortunas del país criticó la intervención del Banco Central Europeo que avaló la operación, lo que le causó las millonarias pérdidas a los 300 accionistas del banco.
«Primera vez que el Banco Europeo usa este instrumento, que provocó que accionistas y acreedores pierdan sus derechos de un día para otro», cuestionó.
El Banco Popular español, al borde de la quiebra, fue vendido al Santander por un euro ($750), según anunciaron las autoridades europeas, que con esta operación estrenan su mecanismo de rescates bancarios.
La operación se hará «sin la utilización de recursos públicos», puntualizó el ministro español de Economía, Luis de Guindos.
Para Santander implicará un aumento de capital de 7.000 millones de euros (unos US$7.855 millones) y provisiones adicionales por 7.900 millones de euros (US$8.865 millones), anunció la entidad, cuya acción caía un 2,60%, a 5,65 euros esta mañana, mientras que la del Popular estaba suspendida.
En virtud de la operación, los accionistas pierden toda su inversión, según se desprende del documento emitido por el Fondo público español de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).
Entre esos accionistas está el grupo Luksic -que invirtió 95 millones de euros/US$104 millones por el el 3% de la propiedad- y la mexicana Del Valle (4,13%, junto con otras familias).
EL ORIGEN DE LA PÉRDIDA
El Banco Popular, que hizo perder al grupo Luksic cerca de US$100 millones, es el sexto banco más grande de España con una cuota de mercado según depósitos del 7% sobre el conjunto del sistema bancario.
Si bien no presenta el tamaño del Santander o del BBVA, su dimensión es significativa y en el segmento de la financiación a pymes alcanza el 18% de cuota de mercado. Se trata, por tanto, de una entidad de cierta dimensión y de relevancia en la financiación bancaria, que también participó activamente en la creación de la burbuja inmobiliaria de los años 90 y 2000, consigna diario El País.
Una de las causas que ha generado su delicada situación en los últimos meses, es el mayor peso de los activos inmobiliarios tóxicos acumulados desde el estallido de la burbuja en 2008.
El Banco Popular comenzó su declive el 26 de mayo de 2016, cuando anunció por sorpresa una ampliación de capital de 2.500 millones de euros con la que preveía mejorar su solvencia y rentabilidad y fortalecer su balance.
La operación iba acompañada de un plan estratégico con el que quería liberarse, antes de 2018, de 15.000 millones de euros en activos improductivos, su gran talón de Aquiles.
Pese a que la gran mayoría de accionistas acudió a la operación, los mismos registraron fuertes pérdidas, ya que las acciones del Banco Popular cerraron 2016 con una depreciación bursátil de casi el 66%.
Una importante reducción de su valor continuó a principios de 2017, arrastrado por las dudas que generaba su futuro. Según la agencia EFE, el futuro del banco afrontaba la separación de la gestión de su actividad principal y del negocio inmobiliario, además de con un plan de reestructuración con el que redujo la plantilla en más de 2.000 empleados y cerró unas 300 oficinas.
Sin embargo, el esfuerzo resultaba inútil, ya que el mercado siguió castigando con dureza a la entidad en la Bolsa de Madrid, que anunció unas pérdidas récord de más de 3.600 millones de euros en 2016, consecuencia del incremento de provisiones.
Su presidente, Emilio Saracho, mencionó en abril de este año la opción de una nueva ampliación de capital, aunque en los últimos días fue cobrando fuerza la posibilidad de una absorción por parte de una entidad más grande.
Con la acción en mínimos históricos (0,30 euros por papel), Popular se reunió con representantes del Banco Central Europeo para explicarles la situación de la entidad, que acusó una salida masiva de accionistas, como su socio Credit Mutuel.
Finalmente, el Banco Santander compró el 100% del Popular por un euro, una vez que el BCE constatara la inviabilidad de la entidad de manera independiente y «en aras a garantizar la seguridad de los depositantes».
SANTANDER POTENCIA LA ENTIDAD
En un comunicado, el Santander señaló haber sido «seleccionada como entidad adjudicataria», tras una subasta realizada por el Fondo Único de Resolución y el FROB.
La entidad presidida por Ana Patricia Botín detalló también que en España, la entidad resultante será «líder en créditos y depósitos, con 17 millones de clientes». «Tendrá una cuota de mercado en crédito del 20% y una cuota del 25% en pymes, un segmento clave para el crecimiento de la economía española», señaló.
El MRU indicó por su lado haber transferido este miércoles «todas las acciones e instrumentos de capital del Banco Popular al Banco Santander», por un euro.
Eso significa que el Popular «operará en condiciones normales de mercado en tanto que miembro solvente y con liquidez del grupo Santander, con efecto inmediato». España sigue traumatizada por el recuerdo del rescate europeo en 2012 de su sector bancario, por un monto de más de 41.000 millones de euros.
Oficialmente, el rescate era sólo para el sector bancario, devastado por el estallido de la burbuja inmobiliaria. Sin embargo, entre las condiciones de los europeos había muchas macroeconómicas. En ese sentido, el ministro de Economía español, Luis de Guindos, manifestó que al no emplearse fondos públicos en la operación se descarta «un eventual contagio entre riesgo soberano y bancario».
«La situación actual es muy diferente a la del año 2012, dada la buena salud del conjunto del sector financiero y de la economía española en general», que creció un 3,2% en 2015 y 2016, añadió Guindos. (Emol-El País.es)