Miguel Crispi, jefe de bancada de los diputados de Revolución Democrática, cree que la llegada del Frente Amplio al Congreso ha sido accidentada.
«Creo que nuestra entrada fue difícil. No supimos leer bien el plan perfecto con el que llegó Sebastián Piñera. Pero que es un plan más de apariencia que una hoja de ruta muy clara de cuatro años», dice.
-¿A qué se refiere?
-Las primeras semanas, no solo en nosotros como bancada, sino a nivel general se generó una opinión de que había un bloque sin grietas, una especie de plan perfecto, y a la tres semanas nos damos cuenta de que este es un Gobierno bastante normal. Que comete errores, que tiene fisuras y nuestro desafío está en explotarlas para empujar las agendas que nos hicieron llegar al Parlamento con el programa de Beatriz Sánchez.
-Pero, ¿a qué le llama «plan perfecto»?
-Se ve en los modos, en cómo están organizadas las vocerías, en que aparecen muchos anuncios en distintas materias como en el tema tributario, en isapres, etc. Casi como una política de shock . La política de shock clásica es que es muy violenta. Va en distintos planos y es muy difícil abordarla. Pero el Gobierno ha ido cometiendo muchos errores, con incapacidad de remediarlos y más bien profundizándolos.
-¿El Frente Amplio desperdició la oportunidad de que sus liderazgos ya consolidados respondieran al Gobierno desde el principio? Se han visto diversas vocerías desde la llegada al Congreso…
-Creo que hubo una excesiva solidaridad de los tres liderazgos (Jackson, Boric y Mirosevic) ya consolidados del periodo anterior de permitir la emergencia de nuevos voceros. Los nuevos diputados y diputadas tenemos que construir nuestros propios liderazgos. La emergencia de estos nuevos liderazgos no puede ser a costa de los que ya existen, que son Gabriel (Boric), Vlado (Mirosevic), Giorgio (Jackson), Jorge Sharp (alcalde de Valparaíso) y Bea Sánchez.
-¿Beatriz Sánchez ha ido perdiendo fuerza como figura del Frente Amplio? No se le ve tanto en las actividades del referente ni liderando debates.
-Ella sigue en muchas actividades del FA, pero que tienen un carácter más local, lo que a veces no llama la atención de los medios. Esta es una maratón. No creo que haya que reventarse de entrada. Lo que sí tengo claro es que el liderazgo de Beatriz Sánchez es necesario para nuestro proyecto.
-¿Seguirá siendo la abanderada presidencial del FA?
-Hoy día, sin duda, ella es nuestra mejor candidata.
-¿No cree que se le ha hecho difícil al FA tener un discurso claro de oposición al gobierno de Piñera?
-Creo que sí, por eso mismo doy esta entrevista. Porque creo que nos hablamos mucho a nosotros mismos y tenemos que darnos cuenta de que este supuesto plan perfecto no nos puede amilanar ni hacer pensar que estamos sonados por 8 o 12 años. Lo que ganó Piñera es un elección para cuatro años. Aquí no ganó la tesis de un modelo de desarrollo para los próximos 25 años ni nada parecido. Eso nAos debe apuntalar a nosotros a tener la responsabilidad de conducir a la oposición y de preocuparnos de lo que está haciendo el Gobierno y no tanto de lo que nos pasa a nosotros en la interna del Frente Amplio.
-¿Cuál sería la estrategia para evitar caer en eso?
-Quizás desde la misma lógica movimientista de la que nosotros venimos. Hoy son muchas más las causas que los partidos y las coaliciones. Creo que hoy no es el momento de las coaliciones. Este es el momento de las causas. Y están encima de la mesa. Está el tema del aborto en tres causales, el tema del VIH, el intento del Gobierno para seguir generando facilidades para que crezca el mercado de la salud, está la ausencia de una agenda que entienda la vivienda como un derecho, están las pensiones. Esas no pueden ser agendas de la derecha. Tienen que ser agendas de izquierda.
-Hoy se realizará la interpelación al ministro de Salud por los cambios realizados en el protocolo de objeción de conciencia de la Ley de Aborto en tres causales. ¿Esa es la forma de impulsar esas agendas?
-Santelices entró con mucha ansiedad, mucha agenda, pero creo que en este caso metió las patas hasta el fondo. Nosotros le preguntamos si habría cambios en el protocolo y nos respondió que lo tomáramos con calma y que nos iba a avisar. Dos días después nos enteramos por el Diario Oficial que ya estaba modificado. Segundo acto, él señala que no le había avisado al Presidente. Me parece raro que una decisión como esa no haya sido visada por el Presidente. Estas modificaciones cambian el sentido de la ley. Lo que se defiende en esta interpelación es que es ilegal ese protocolo. (El Mercurio)