Mall Barón, Valparaíso y frentes portuarios

Mall Barón, Valparaíso y frentes portuarios

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La decisión de la Corte Suprema de revocar el permiso de construcción del Mall Barón marca un hito en materia de legalidad de  derechos adquiridos sobre permisos otorgados irregularmente. Ello debe ser bienvenido. Sin embargo, el tema de fondo es otro. ¿Cómo desarrollar nuestros frentes portuarios de manera de capitalizar su potencial turístico?

En el mundo de hoy, los espacios portuarios vaciados por la tecnología de los contenedores han devenido en enormes imanes turísticos. Puerto Madero en Buenos Aires, Canary Wharf en Londres, Baltimore Harbour en Baltimore, Fisherman´s Wharf en San Francisco y el Victoria&Alfred Waterfront (V&A) en Ciudad del Cabo, son ejemplos de ello. Entre los más exitosos está el V&A, un verdadero icono de la nueva Sudáfrica, visitado por 24 millones de personas al año, con doce  hoteles  (cinco de  cinco estrellas), ochenta restaurantes, 450 tiendas y el lugar en el cual una mayoría de los turistas empieza su visita a ese puerto legendario.

Valparaíso, que alguna vez estuvo en la misma categoría de San Francisco y Ciudad del Cabo, no tiene hoy ni un solo hotel de cinco estrellas. ¿Por qué ?

Porque no ha sabido capitalizar su gran patrimonio geográfico, histórico y urbanístico.

En los noventa, como embajador en Sudáfrica, conocí de cerca el V&A Waterfront, un modelo ideal para lo que podría hacer Valparaíso. Lo mismo le pareció a las numerosas autoridades nacionales que lo visitaron (el ministro de Economía, Alvaro García; la ministra de Bienes Nacionales, Adriana Delpiano; y el ministro de Obras Públicas, Ricardo Lagos, entre otros); y el propio alcalde de Valparaíso, Hernán Pinto, que luego recibió en el puerto a una delegación del V&A Waterfront.

Y el secreto del éxito del V&A es precisamente que no es un mall. Es un espacio público que mantiene las características de un puerto, con pescadores, lanchas de la Marina, muelles varios, espacios abiertos, vista a la legendaria Montaña de la Mesa, por una parte, y hacia la bahía por otra, y todo lo que hace atractivo ese espacio mágico donde se encuentra el mar con la tierra.

Ese fue el proyecto que le presentamos, sin éxito, a Valparaíso en 1998, para hacer con Barón. Sin embargo, no hubo caso. Algunos defendieron a brazo partido el espacio para el futuro desarrollo de la actividad portuaria; otros decían que en Chile nada así se puede hacer por que todo debe licitarse al mejor postor (o, sea, torres y malls).

La noción de que Valparaíso no puede hacer lo que están haciendo muchos de los grandes puertos del mundo y que debe seguir cuesta abajo en la rodada en su decadencia económica y demográfica, porque el Municipio, la Intendencia y la Empresa Portuaria de Valparaíso (EPV) son incapaces de gestionar su activo más valioso, el frente de mar, y lo único que se les ocurre es entregárselo al mejor postor, desafía la lógica más elemental.

El fin del proyecto Mall Barón representa una gran oportunidad para nuestro querido Pancho. Tal vez ahora se pueda revivir la idea de un genuino desarrollo de frente portuario que sea el motor económico y el imán turístico que nuestro puerto principal requiere y merece. (La Tercera)

Jorge Heine

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