“Nosotros no tenemos ninguna evidencia aportada por ONU Sida o por nuestros propios datos, de que tengamos una mayor incidencia de VIH en la población migrante”.
La frase fue escueta y no aludía a nadie en particular, pero en sí misma tenía un peso ineludible. Quien la dijo fue el ministro de Salud, Jaime Mañalich, en el marco de la presentación del informe mundial de ONU Sida sobre la situación del VIH en el mundo, que además incluye estadísticas comparativas sobre el escenario chileno.
Pero sus declaraciones marcan un fuerte contraste con lo señalado hace casi exactos seis meses por el entonces titular de la cartera, Emilio Santelices, en una de las intervenciones que causó mayor controversia durante su tiempo en el gabinete.
El 14 de febrero de este año, al presentar la evolución de las cifras de VIH para 2018, Santelices aseguró que el aumento se debía a la llegada de extranjeros. “Al desagregar esta cifra, se encuentra que la mayor parte de ese aumento son extranjeros, lo que muestra un cambio de nuestro perfil epidemiológico, con los chilenos manteniendo su tasa de prevalencia de los últimos años”, planteó el ministro.
“Han venido extranjeros con VIH, y por ello se incrementó la cifra de pacientes. Lo que como Ministerio nos corresponde es focalizar estrategias complementarias e identificar esas poblaciones para pesquisarlos y tratarlos”, agregó Santelices, en declaraciones que fueron duramente cuestionadas por ONGs, comunidades de migrantes y la oposición, con voces que incluso pedían su salida del cargo.
Con todo, este episodio está lejos de ser el primer desacuerdo entre Mañalich y Santelices. Cuando aún no integraba el gabinete, el primero fue muy crítico de varias de las iniciativas impulsadas por Santelices. Tras su salida, el extitular ha marcado la relevancia de que se mantengan las políticas que impulsó, pero Mañalich ha hecho modificaciones en temas sensibles, como la Ley de Isapres -donde prefirió impulsar un proyecto que él había tramitado durante el primer gobierno de Piñera y no el de su antecesor- y, en los últimos días, el Hospital Digital.
La Tercera/Agencias