La crisis de la marea roja y sus efectos en la Isla Grande de Chiloé han golpeado con fuerza a la comunidad. Pasadas las 14.00 de hoy, un grupo de casi dos mil pescadores se tomaron las rutas de acceso a las comunas de Ancud, Quellón y Queilén, en rechazo al bono de $ 100 mil por familia que ofreció el gobierno a los afectados por la prohibición de extracción decretada en la zona.
Las protestas se iniciaron tras la reunión que sostuvieron los pescadores con el Intendente de Los Lagos, Leonardo de la Prida, donde se les explicaron los mecanismos de ayuda dispuestos y el monto del bono solidario, que comienza a entregarse este martes.
“Uno de los pescadores señaló que ellos estimaban que el bono debiera ser de $ 300 mil; yo les señalé que ésta no era la única ayuda y que podíamos discutir la cifra más adelante, pero por ahora la idea es llegar con este monto a la mayor cantidad de personas”, dijo el intendente de la Prida.
Tras el encuentro, un grupo de pescadores emprendió rumbo a los principales accesos, obstruyendo el tránsito con barricadas. Además, los manifestantes se tomaron el acceso a la rampa del Canal de Chacao, impidiendo el zarpe de transbordadores al continente. “La gente no tiene claridad de cómo va a ser la ayuda. Es muy incierto, y consideran muy pocos los recursos que se van a canalizar a través de las familias”, explicó la alcaldesa de Ancud, Soledad Moreno (ILH).
Denisse Alvarado, dirigenta de los pescadores Artesanales de Quellón, indicó que “la propuesta del intendente no la aceptamos. Quellón ha dejado de recibir millones de pesos por la marea roja y la contingencia. Aquí nadie vive con $ 100 mil, estimamos que deberían ser $ 400 mil, pero hay que definir por cuánto tiempo”.
De la Prida cifró preliminarmente en 6.500 las personas damnificadas por la emergencia. Además, explicó que quienes estén en el registro pesquero y figuren como extractores de productos afectados por la marea roja, tendrán ayuda del gobierno. (La Tercera)
