Cuatro años pueden ser un mundo de diferencia. En 2013, una Marisela Santibáñez con tristeza se convertía en el símbolo del debate por el sistema binominal, al quedar fuera de la Cámara de Diputados pese a ser la primera mayoría individual en el antiguo distrito de San Bernardo.
Y en 2017, con un nuevo sistema en vigencia, la candidata del PRO consiguió su revancha, quedándose con uno de los cupos en disputa en el nuevo distrito que, además de San Bernardo, incorpora a zonas de la Región Metropolitana como Talagante y Melipilla.
El triunfo de Santibáñez, además, es un hito no menor para la colectividad de Marco Enríquez-Ominami, pues tendrán al menos un representante en el nuevo Congreso.
Así, la actriz se convertirá en un rostro clave para el PRO de cara a su futuro. (La Tercera)