“El sistema, que por 16 años se basó en la PSU, hoy termina”, expresó este jueves el subsecretario de Educación Superior, Juan Eduardo Vargas, al anunciar el fin de la Prueba de Selección Universitaria, para dar paso a un test de transición que se aplicará este año y el próximo, y para 2022 aplicar el nuevo sistema de postulación a las universidades chilenas.
La autoridad explicó que “a partir de este año se iniciará la transición a un sistema que permitirá a las universidades ponderar con mayor flexibilidad pruebas de acceso, notas de enseñanza media y ranking escolar”, conforme lo decidido por el Comité Técnico de Acceso del Subsistema Universitario -que integra Vargas y siete rectores de universidades públicas y privadas-.
Ello quiere decir que el proceso de admisión pasa desde el Consejo de Rectores a estar a cargo de la Subsecretaría de Educación Superior, a la cual, junto a dicha instancia, le corresponde definir el “Sistema de Acceso” a la educación universitaria y el instrumento que usarán los planteles para admitir a los alumnos.
Esto quiere decir que en el período 2020-2021 se aplicará una prueba de transición, que tendrá una ponderación menor a la PSU, bajando de 50% a un 30%, y elevando el peso del ranking y las Notas de Enseñanza Media (NEM).
“Eliminará los aspectos más cuestionados de la PSU y sumarán preguntas que midan las competencias esenciales para el buen desempeño de los estudiantes en la Educación Superior”, explicó el funcionario.
Los alumnos de buen desempeño en el colegio, no requerirán un puntaje mínimo en la prueba para postular; y las universidades aumentarán a 20% la admisión especial.
La decisión que se conoce a semanas de haber concluido el boicoteado proceso que incluso obligó a cancelar la prueba de Historia, eliminará cerca de un tercio de los contenidos, que no eran esenciales y producían inequidades entre los estudiantes y que fueron motivo de las protestas e impedir la realización la prueba.
Vargas explicó que el nuevo proceso de selección 2022 consiste en dos nuevas pruebas de acceso obligatorias focalizadas en las competencias Lectoras y competencias matemáticas, además de una serie de pruebas electivas, incluyendo una de Matemática de mayor complejidad.
En ellas, acotó el subsecretario de educación superior, se reducirá a 65 el número de preguntas, se actualizarán los temarios y se evaluarán competencias esenciales para un buen desempeño en la educación superior, y no en conocimientos como hacía la PSU.(La Nación)