Jimmy Breslin, periodista que pasó décadas relatando la vida de la ciudad de Nueva York, murió en su casa en Manhattan, a los 88 años.
Falleció a causa de complicaciones por neumonía.
El periódico New York Daily News lo describió como una «máquina de primicias».
El autodenominado «reportero de la calle» se hizo conocido en 1963, por entrevistar para el diarioNew York Herald Tribune a «uno de los últimos en servir a John Fitzgerald Kennedy»: un sepulturero de 42 años llamado Clifton Pollard, que cavó la tumba del presidente asesinado.
«Clifton Pollard estaba bastante seguro de que iba a trabajar el domingo», decía la primera línea de la columna, que se convirtió en una venerada pieza de periodismo narrativo.
En 1977, cuando Breslin trabajaba para el periódico neoyorquino Daily News recibió una carta de David Berkowitz, conocido como Son of Sam, un asesino en serie que acechaba las calles de la ciudad en esa época.
«Hola desdelas alcantarillas de N.Y.C., que están llenas de estiércol de perro, vómito, vino rancio, orina y sangre», decía el mensaje.
Berkowitz fue capturado en 1977 luego de matar a seis personas. En una de sus columnas, Breslin contó que uno de sus colegas había dicho que el criminal era «un escritor muy bueno».
Breslin también fue conocido por las columnas que publicó regularmente hasta 2004 en periódicos de Nueva York, en las que hablaba sobre habitantes marginales de la ciudad, retratándolos a todos con agudeza para los detalles.
Su método era simple, según dijo a la cadena CNN en 2013: «Mantenga la boca cerrada y los ojos abiertos, y no deje de moverse«.
«Soy la mejor persona para tener una columna en este negocio», se jactó una vez.
Breslin fue considerado como uno de los pioneros del «nuevo periodismo», la corriente que elevó este oficio al nivel del arte literario, junto a autores como Gay Talese y Tom Wolfe.
El periodista también publicó la novela «La banda que disparaba torcido» (1969) y ganó en 1986 el premio Pulitzer por sus columnas, que «defendían a los ciudadanos comunes». (BBC Mundo)