Mujeres predominan en Ues. privadas y hombres en tradicionales

Mujeres predominan en Ues. privadas y hombres en tradicionales

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Si bien el número de hombres y mujeres que acceden a la educación superior se ha ido equiparando en los últimos años, sí hay diferencias en cómo ambos géneros se distribuyen en los distintos tipos de instituciones.

Según los datos del Consejo Nacional de Educación (CNED), las mujeres predominan en las universidades privadas, siendo mayoría, por lejos, en aquéllas que no pertenecen al Consejo de Rectores (CRUCh) ni al Sistema Único de Admisión (SUA), donde representan el 61% de la matrícula; mientras que en las universidades privadas adscritas al SUA llegan al 53%.

En cambio, hay mayor presencia de hombres en las universidades no estatales del Consejo de Rectores –conocidas como Red G9–, que incluye a todas las universidades católicas más la U. de Concepción, U. Austral y U. Federico Santa María. Aquí los hombres son el 52%.

En tanto, en las universidades estatales la matrícula está equiparada entre ambos géneros, con un 50% de hombres y de mujeres.

Mientras que a nivel de planteles técnicos, hay más presencia femenina en los Centros de Formación Técnica (CFT), donde son el 52%; y en los Institutos Profesionales (IP) hombres y mujeres se distribuyen de forma equitativa.

El «sesgo» de la PSU que perjudicaría a las mujeres ¿A qué se debe que haya más mujeres en universidades privadas y más hombres en el G9?

Ana Luis Muñoz, académica de la Facultad de Educación UC y experta en temas de género, atribuye esa situación principalmente al efecto de la PSU –que utilizan las universidades más tradicionales–, la que –asegura– tendría un «sesgo de género» que perjudica a las mujeres.

Según afirma, está comprobado que «las mujeres son menos exitosas que los hombres en los resultados de los test estandarizados», como la PSU, tanto por la forma que utiliza ese instrumento, ya que las preguntas de selección múltiple favorecen a los hombres; como por la rapidez que se requiere para responder, ya que «las mujeres tienen formas distintas de resolver los problemas, que implican un tiempo diferente que los hombres; y cuando los tiempos son más reducidos, los hombres tienden a ser más exitosos».

Por eso, afirma que como la PSU restringe el acceso de mujeres a las universidades más tradicionales, que son a su vez las más prestigiosas del país, «la opción de esas estudiantes es ir a las universidades privadas, donde la PSU no es el factor decisivo».

A eso agrega que algunas de las universidades del G9 tienen un «fuerte énfasis en el ámbito científico, área donde históricamente las mujeres han sido más relegadas».

Menciona, por ejemplo, el caso de la U. Federico Santa María, cuyo enfoque está en las ingenierías, ámbito que también le ha sido esquivo a las mujeres.

La experta afirma que no basta con que las mujeres hoy tengan más acceso a la educación superior –de hecho, superan a los hombres en matrícula– si no lo hacen de manera igualitaria.

«Las mujeres tienen hoy más acceso a las universidades, sin embargo, siguen existiendo determinadas brechas a determinados espacios de privilegio», advierte.

Ante esto, plantea que la PSU «no debiera ser el único indicador para ingresar a la universidad», sino que se debieran pensar pruebas o sistema de admisión «multidimensionales»; además de incorporar políticas de reconocimiento, con sistemas de cuotas por género.

TEOLOGÍA, INGENIERÍA: HOMBRES, Y PEDAGOGÍA: MUJERES

También se registran diferencias entre las distintas carreras. En general, hay mayor presencia de mujeres en las carreras de la salud, educación y ciencias sociales.

Mientras que los hombres son mayoría en las carreras de tecnología –que incluyen las ingenierías– y en ciencias.

Si se analizan las carreras universitarias (profesional con licenciatura), aquéllas que son bastión de las mujeres son, en primer lugar, Educación Parvularia, donde el 99% de la matrícula es femenina; Educación Diferencia (95%), Obstetricia y Puericultura (93%), Diseño de Interiores (93%), Diseño de Vestuario (93%) y Psicopedagogía (91%).

En tanto, la carrera donde hay más hombres es Teología, donde el 98% son varones. Le sigue Ingeniería Electrónica (95%), Ingeniería Eléctrica (95%), Ingeniería Mecánica (94%), Ingeniería en Mantenimiento Industrial (92%) e Ingeniería en Telecomunicaciones (92%).

Si se analizan las carreras más tradicionales, el panorama es más diverso. Hay más presencia femenina en carreras como Enfermería (81%), Trabajo Social (78%), Psicología (68%), Odontología (63%), Derecho (53%) y Periodismo (53%). Mientras que los hombres son mayoría en Ingeniería Civil en Obras Civiles (74%), Ingeniería Civil Industrial (70%), Física y Astronomía (68%), Geología (61%) e Ingeniería Comercial (56%).

En las pedagogías, las mujeres predominan en Pedagogía Básica (84%), Pedagogía en Castellano (67%) y Pedagogía en Inglés (65%); y los hombres en Pedagogía en Música (70%), Pedagogía en Educación Física (69%) y Pedagogía en Física (60%).

También hay algunas carreras en que la matrícula está casi totalmente equiparada, como Medicina y Arquitectura, donde prácticamente hay un 50% de hombres y de mujeres. (Emol)

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