Reconoce que el proyecto crea un ente público que desahorra durante el actual gobierno, porque pagará beneficios financiados en buena parte por un préstamo que pediría al Estado, dejando otra buena parte del aumento de tributos necesarios al gobierno de 2026-2030. El reparto, en cambio, no se endeuda con el Estado. Así, al inicio, el proyecto está aún más alejado de la capitalización que el propio reparto.
El incentivo político es claro: ganar votos con “en nuestro gobierno, subimos beneficios, pero no subimos los tributos requeridos, pues dejamos esa ingrata tarea al gobierno siguiente”. Como dije, una consecuencia es incentivar a quien gobierne en 2026-2030 a aplicar el mismo concepto: legislar en 2026 para elevar la PGU de nuevo (por ej. a $300.000, alegando más urgencias de los mayores) y postergar el aumento de tributos para 2030-2034, cubriendo el nuevo déficit con más deuda.
Una secuencia de nuevas leyes como esa conduce al reparto puro, no a la capitalización de 30% del PIB imaginada en las proyecciones a 2100. Este incentivo político no se suprime aduciendo que el gobierno anterior, y también la propuesta de 2017, incurrieron en la misma falencia. Por el contrario, la reiteración de la falencia muestra cuán atractiva ha sido políticamente y cuán atractivo será repetirla en 2026.
Reconoce que el patrimonio del fisco no cambiaría. O sea, se pretende que el nuevo ente público quede fuera del perímetro de instituciones públicas cubiertas por la regla fiscal. Sin embargo, eso sería un permiso para evadir la regla fiscal. ¿Por qué omitir del pasivo fiscal la garantía (sin respaldo) que el Estado concede al nuevo ente público? ¿Por qué omitir que el fisco deberá endeudarse más para poder prestar al nuevo ente público?
En simple: al consolidar contablemente el nuevo ente público con el fisco, se descubre que el déficit que tendría el nuevo ente público durante 2023-2026 se convierte en un empeoramiento de igual cuantía en el balance cíclicamente ajustado del gobierno central consolidado. (El Mercurio Cartas)
Salvador Valdés P.
Senior fellow UAI