Muy activo en redes sociales se ha visto durante los últimos días al senador Iván Moreira. Allí se ha encargado de promover la candidatura del diputado Jaime Bellolio a la presidencia de la UDI. Lo mismo ha hecho en actividades en terreno, desmarcándose así de la mayoría de los senadores gremialistas, que se han inclinado por respaldar a su jefa de bancada, Jacqueline van Rysselberghe.
¿Por qué apoya a Bellolio?
En la elección anterior apoyé a la nueva generación, a Ernesto Silva, porque entendía que debía haber una etapa de transición a las nuevas generaciones. Y hoy estoy siendo consecuente, porque creo que es importante que la juventud tome la conducción de la UDI. La política cambió y debemos enfrentar a la nueva izquierda, que es distinta a la que hemos enfrentado todos estos años. Bellolio tiene la experiencia de enfrentar a esa nueva izquierda en el debate de las ideas. Esta es una lista que tiene mucho contenido, que habla del futuro. Aquí no sólo se está votando por un candidato joven, se está votando por un proyecto.
Se ha dicho que Bellolio tiene poca experiencia para dirigir un partido grande como la UDI.
Lo de la falta de experiencia es la excusa para impedir que la juventud avance. Para eso están los líderes que entregan su sabiduría a la juventud. Apoyo esta lista porque la otra es más de lo mismo. No apoyaré una lista en la UDI que siempre va a estar bajo la sombra de Jovino Novoa, porque las personas que integran esa lista, desde Van Rysselberghe, pasando por tres o cuatro integrantes más, son todos discípulos de Novoa. Entonces, ¿dónde está el cambio? Yo quiero una UDI sin la sombra de un ‘coronel’. Valoro lo que ellos hicieron en un inicio, pero llegó el momento en que debe producirse un reemplazo para crecer. Si no, vamos a quedar estancados.
Bellolio ha tenido un discurso de distanciar a la UDI de la figura de Pinochet. Usted, en cambio, es un reconocido simpatizante de Pinochet. ¿No es contradictorio que usted respalde a Bellolio?
No. Con ese tema han tratado de estigmatizar la posición de futuro de Bellolio. El representa el futuro, pero respeta la historia. Los que tenemos que dar explicaciones por el pasado somos nosotros, porque las nuevas generaciones no habían nacido. Yo no me arrepiento de haber apoyado a Pinochet. Pero no vamos a reencantar a la juventud para que ingrese a la UDI con el pasado, sino con el futuro. Se han expresado una serie de críticas malintencionadas contra Bellolio, diciendo que si él asume van a echar a los viejos y a los pinochetistas. Yo no estaría apoyando esta lista si eso fuera verdad.
La lista de Van Rysselberghe ha destacado que entre sus atributos está el ser mujer y de regiones. ¿Es eso una ventaja sobre Bellolio?
El hecho de ser mujer y ser de regiones no quiere decir que las decisiones van a ser para las regiones. Aquí no va a haber más descentralización porque la presidenta es de región. La descentralización se da cuando hay una verdadera participación, cuando en las decisiones se hace participar a todos por igual. Y cuando las personas se perpetúan en el poder, eso se pierde. Jacqueline tiene el discurso de las regiones y la descentralización. Pero hoy (ayer) participó de la asunción de alcaldes de Santiago, y no de su región. Llama la atención.
Estas son las primeras elecciones de la UDI con el sistema “un militante, un voto”. ¿A cuál de los dos candidatos beneficia más?
Con este sistema la juventud tiene mayor movilización, pero eso no significa que la carrera esté corrida. Porque la otra lista ha tratado de captar el voto histórico de la UDI, que es el voto pinochetista. Va a ser una contienda muy reñida. Recuerdo que en un consejo general, Van Rysselberghe criticó duramente a Francisco de la Maza cuando él propuso la idea de un militante, un voto. Y hoy, por primera vez, va a haber un militante, un voto. Eso es positivo. Se acabaron las designaciones a dedo en la UDI.
La UDI y usted enfrentaron un duro momento el año pasado por los casos de financiamiento irregular. ¿Qué balance hace del impacto que provocaron estos casos?
Estas causas no sólo tuvieron un impacto en la UDI, sino en todos los sectores políticos, porque había una manera de financiar las campañas, en forma transversal, que era irregular, pero que era sabido absolutamente por todos. Creo que yo marqué un punto de inflexión al ser el único que dijo la verdad en forma inmediata. Y el impacto que causó en toda la política chilena hizo que se elevaran los estándares éticos y de transparencia, para que los hechos que ocurrieron estos últimos 20 años de la política chilena no se vuelvan a repetir.
Hoy, el único senador desaforado es Jaime Orpis. Usted podría ser el segundo. ¿Qué le parece que sean dos senadores de la UDI los que estén en esta situación, considerando que esto era algo transversal?
No me gusta hacer comparaciones, porque son siempre odiosas. Yo fui el único que enfrentó públicamente con la verdad una situación que termina siendo muy menor que la del resto de las personas que hoy están siendo investigadas. Yo estoy a disposición de los señores fiscales, y serán ellos los que definan mi futuro.
¿Sintió el respaldo de los senadores y dirigentes de su partido cuando debió enfrentar esta situación?
No. Sólo recibí el apoyo de algunos: de Hernán Larraín, Víctor Pérez, Francisco de la Maza, Ernesto Silva y algunos diputados. El resto, miraron para el lado. Cuando uno está caído, son muy pocos los amigos. Pero creo que fue la ciudadanía la que me perdonó por decir la verdad y no esconderse en la mentira, como se han escondido muchos políticos en Chile.
La Tercera/El Mostrador
