Primero, es fundamental aclarar la diferencia entre deuda y déficit estructural. La Ley N°21.040 de Sistema Nueva Educación Pública es clara: ningún traspaso al Servicio Local de Educación Pública (SLEP) podía realizarse con deuda de arrastre. En el caso de Punta Arenas, la municipalidad asumió y pagó las obligaciones pendientes antes del 31 de diciembre, permitiendo que el SLEP iniciara su gestión sin cargas financieras heredadas. Decir lo contrario es desconocer el marco legal vigente y la realidad del proceso.
Lo que sí existe, y ha existido por años, es un déficit estructural en el financiamiento de la educación pública. Antes del traspaso, las municipalidades cubrían esa brecha con recursos propios. Ahora, con el SLEP a cargo, la falta de un modelo de financiamiento adecuado ha hecho visible un problema que no es nuevo, pero que el Estado aún no ha resuelto.
Más aún, veo con preocupación el futuro de la educación pública si el Ministerio de Educación no reconoce con urgencia que esta crisis financiera no es circunstancial, sino el resultado de un sistema mal concebido. No se puede confundir deuda con déficit estructural ni responsabilizar a las gestiones municipales por problemas que son del diseño del sistema. La educación pública merece transparencia, soluciones reales y un financiamiento acorde a sus necesidades, no discursos que distorsionan la realidad.
Claudio Radonich J.
Alcalde de Punta Arenas