La acusación constitucional contra la ministra del Interior, Carolina Tohá, impulsada por el Partido Republicano y que contó con los votos de los partidos de Chile Vamos, se constituyó en la sexta acusación constitucional perdida por las fuerzas opositoras. Sus creadores pusieron el énfasis en materias de seguridad pública –primera prioridad ciudadana, según todos los sondeos de opinión pública– y formularon una fuerte crítica al Gobierno del expresidente Piñera, pero no solo eso: el abogado defensor de la ministra del Gobierno del Presidente Boric fue un exsubsecretario de Justicia del Gobierno de Piñera, Juan Ignacio Piña.
Quizás el único error que cometieron fue que algún creativo invitó al exgeneral director de Carabineros, Ricardo Yáñez, quien, naturalmente, hizo una defensa férrea del Gobierno en su gestión y, además, agradeció por el intenso apoyo institucional prestado. Nadie podía esperar otra cosa en política.
Pero, cuidado con considerar únicamente al Partido Republicano como una suerte de guardián de la seguridad y el orden en su posicionamiento, que también incluye temas valóricos, entre otros, que lo enmarcan dentro de lo que podríamos considerar como conservadores. Asimismo, en materia política partidista, ha construido una marca bastante reconocida, tanto así que disputa los primeros lugares de adhesión en las encuestas dentro de los partidos políticos. Es cierto, es un partido de extrema derecha, producto de una escisión de la UDI, y esta puede ser la clave de su próximo crecimiento que los últimos hechos conocidos de la política ayudan a cimentar.
Recordemos que el Partido Republicano nació a su vida política el 10 de junio del 2019 de la mano de su principal figura, José Antonio Kast. A finales del año 2016, siendo diputado con más de 20 años de militancia, este renunció a la UDI debido a diferencias políticas en torno a la línea política que estaba llevando a cabo el partido, y lo que terminó por detonar su salida de la colectividad fue una postergación de la elección de una nueva directiva, quedando en forma interina presidida por Hernán Larraín.
En el fondo, había una soterrada disputa y desencuentros políticos con el grupo de dirigentes conocidos como los “coroneles”, conformado por Jovino Novoa, Pablo Longueira, Andrés Chadwick y Juan Antonio Coloma. Otros dirigentes políticos y militantes acompañaron la decisión de dejar esa tienda política. Al año siguiente, 2017, sorprendió a muchos en la derecha al presentarse como candidato presidencial, sacando el 7,93% de los votos y ubicándose en el cuarto lugar entre ocho candidatos, lo que fortaleció su línea política de construir una “verdadera derecha”.
Luego, tras el estadillo social, se produjo el acuerdo político de noviembre 2019, destinado a realizar un proceso de cambio constitucional, el que fue duramente criticado por los republicanos por el carácter “entreguista” del mismo, a pesar de que en octubre del 2020, a través de un plebiscito, el 78% de los chilenos se pronunció a favor de este.
Con posterioridad, Chile Vamos y el Partido Republicano se unieron para las elecciones de convencionales constituyentes (mayo 2021) y sufrieron la peor de las derrotas, sacando entre ambos un 21%, lo que dejó a la derecha como un actor irrelevante. Tras esa debacle, el Partido Republicano se presentó solo a las elecciones presidenciales, con José Antonio Kast, obteniendo el primer lugar en la primera vuelta, con el 27,91%, seguido por el actual Presidente de la República Gabriel Boric, con el 25,82% de los votos. Tras la segunda vuelta, los republicanos constituyeron una bancada de 15 diputados y un senador, la que lentamente ha ido aumento tras la fuga de diversos parlamentarios de Chile Vamos.
Su última incursión electoral fue la sorprendente elección de consejeros constitucionales en mayo 2023, donde el partido obtuvo 23 de los 50 cargos en disputa, con un histórico 36% de los sufragios. José Antonio Kast ha recorrido todo Chile ya varias veces y en el presente continúa haciéndolo, cuestión inusual en todo el espectro política chileno.
En este contexto, con vistas a las elecciones municipales y regionales que se desarrollaran en unos pocos días más, desde mi punto de vista, el Partido Republicano aparece en una expectante posición para consolidar su presencia en la vida política chilena, puesto que no solo está colocando la orquesta y la música en la oposición, sino que ha tenido una coherencia y consistencia en su acción política que pueden rendirle frutos en tiempos complejos, más aún si sus competidores directos –los partidos de Chile Vamos– no lo están pasando bien en estos días, por lo cual el mimetismo puede que lleve a algunos a ser fagocitados por el Partido Republicano. (El Mostrador)
Tomás Duval V.