Se ha detectado un aumento de registros de entre cinco y 10 veces superior al período electoral de 2013,cabe concluir que la data incluida no correspondería en su totalidad a cambios de domicilio electoral, dado que en numerosos casos el domicilio comunicado como solicitud de cambio corresponde al mismo que se encontraba registrado”.
Esta frase pertenece al oficio 2048 que envió el 3 de julio de 2014 la entonces directora subrogante del Servicio Electoral (Servel), Elizabeth Cabrera, a la directora nacional del Registro Civil (RC), Claudia Gallardo Latsague, advirtiendo los errores que había detectado en el padrón electoral.
Dicho oficio del Servel es uno de la media decena que envió al RC y muestran que el grave problema, que afectará a las elecciones municipales del próximo domingo, era conocido por las autoridades de gobierno desde hace más de dos años.
En el documento antes mencionado el Servel le pide al Registro Civil notificar correctamente a los electores, mediante carta certificada, informando del cambio de domicilio, la circunscripción electoral, la mesa de sufragio y se proceda a ratificar la información electoral.
Un mes después, el 4 de agosto, el subdirector (s) del Servel, Juan Pablo Uribe, reitró que el RC debía dictar las “disposiciones que correspondan a fin de ajustar los datos, procedimientos y sistemas para dar cumplimiento a la mayor brevedad posible”.
Tres semanas después le entregó, mediante el oficio ordinario 2246, la última actualización de los domicilios electorales, y le reiteró nuevamente que debía dar respuesta a la “pertinencia de la aplicación de los respectivos cambios de domicilios”.
Las falencias en el padrón desoídas por el Registro Civil
Como los problemas en el padrón persistían, el 1 de diciembre de 2015 Elizabeth Cabrera volvió a insistirle al RC que tras un análisis realizado se detectó que los datos contenidos en los cambios de domicilio “no corresponden a los señalados sino al registro de las transacciones de la renovación de cédula de identidad y pasaporte con un campo domicilio en donde no es posible identificar aquellos donde el ciudadano manifestó expresamente su voluntad de cambio de domicilio electoral”.
En consecuencia, agrega el oficio 1970, el Registro Civil “no estaría dando cumplimiento a su deber de comunicación, lo que se traduce en que el Servel se encuentra imposibilitado de procesar debidamente los referidos cambios de domicilio”.
Por ello le pide tomar las medidas correspondientes con “carácter de urgente” e informar a las personas a las que se les cambió el domicilio electoral y dar respuesta a las “múltiples consultas al respecto”.
El 6 de junio de 2016, casi dos años después de la primera notificación, la directora nacional del Servel insistió en sus reclamos “una vez más” por la existencia de “reiterados errores” en las transacciones informadas ya que el Registro Civil hizo modificaciones al domicilio electoral de personas que fueron a realizar trámites de obtención o renovación de cédulas de identidad o pasaportes, “sin importar si en cada caso existió o no una manifiesta y expresa voluntad del elector”.
El oficio 1494 hace constar los “inusitados volúmenes de datos informados” que han sido muy superiores a las cifras históricas desde la implementación de la inscripción automática, tal como lo señaló en su informe del 3 de julio de 2014.
En un tono más severo, la directora del Servel le hizo ver al director nacional Luis Acevedo que ante la “ausencia de respuesta” del RC y atendidas sus funciones de ser el responsable de la administración, supervigilancia y fiscalización del proceso electoral, “se ha procedido a iniciar un proceso de análisis, depuración, filtrado y georreferenciación de las transacciones informadas como cambios de domicilio electoral”.
El Servel detalla que se recibieron 7,3 millones de cambios, los cuales se depuraron y encontraron registros duplicados, sin domicilio, fallecidos, por lo que la bajaron a 4,4 millones. Luego le restaron otras 51 mil por cambios de domicilio electoral.
También le recuerda que en la elección de 2013 la mayor cantidad de los reclamos en la justicia electoral se debieron a cambios de domicilio que no correspondían a la voluntad del elector.
“Es más, una inexactitud en esta materia no sólo tiene efectos sobre el ejercicio del derecho a sufragio sino que alcanza a otros ámbitos de los procesos eleccionarios, como la designación y el cumplimiento de las funciones de vocales de mesas o miembros de los colegios escrutadores”, señala el oficio.
Ante dicha situación, la directora le “insiste en reiterar la urgencia de que dispongan todas las medidas para subsanar los procedimientos y sistemas de información asociados al proceso de cambio de domicilio”.
El Líbero/La Tercera