Perú quiere atraer a inversionistas de Estados Unidos a un proyecto portuario, y para eso está apelando al temor de que si no invierten, China dominará el comercio marítimo del país.
La naviera estatal china Cosco Shipping inaugurará a finales de este año el puerto de Chancay, valorado en US$1.300 millones, el cual se espera altere significativamente el comercio de Sudamérica con Asia.
Ahora, las autoridades peruanas están usando el ejemplo de Chancay para elevar el potencial del país como centro comercial regional.
«Sería un puerto que podría ser un contrapeso al proyecto de Chancay de China», dijo Alfredo Ferrero, embajador de Perú en EE.UU., en una entrevista tras una presentación a ejecutivos en Nueva York.
El puerto de Chancay ha preocupado a funcionarios estadounidenses, que han criticado abiertamente las enormes inversiones chinas en América Latina. Perú espera que el presidente chino Xi Jinping visite el país para la inauguración de Chancay en la conferencia del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).
Y además de Chancay, empresas chinas han hecho múltiples inversiones en Perú. «El 100% de la electricidad de Lima es propiedad de China, muchos de los proyectos mineros de cobre son propiedad de China. China tendrá el mayor puerto de Sudamérica», dijo Ferrero. «Objetivamente, esa es la situación y EE.UU. se ha dado cuenta. Pero no basta darte cuenta, hay que actuar».
Ferrero fue ministro de Comercio de Perú y negoció un acuerdo de libre comercio con EE.UU. que sigue vigente. A principios de este año fue nombrado embajador en EE.UU. y se ha propuesto atraer nuevas inversiones.
El nuevo proyecto portuario que está presentando, conocido como Corío, está a casi 700 millas al sur de Chancay. También está al sur del Callao, donde DP World y APM operan terminales. La zona de Corío también está cerca del puerto de Matarani, que ya es un centro clave de exportación de cobre.
La autoridad portuaria peruana anunció recientemente la realización de un estudio para conocer cómo sería la demanda de carga en Corío. Ferrero es consciente de que Corío se encuentra en una fase muy incipiente. Pero afirma que el proyecto tiene potencial por su proximidad a Chile, Argentina y Bolivia, países que buscan aumentar la producción de litio para satisfacer a la industria de vehículos eléctricos.
El embajador busca dar a conocer el proyecto portuario de Corío en EE.UU. y atraer a inversores privados. «La idea es que el Gobierno americano convoca a los posibles interesados para que hagan la inversión», dijo. Eso no significa que Perú sólo esté invitando a estadounidenses para Corío, pero Ferrero espera que los inversionistas de ese país lo estudien. «Ojalá sea de EE.UU., pero puede ser del país que esté interesado». (Emol Bloomberg)