Cerca de las 18:15 horas de ayer arribó al hotel Crown Plaza el candidato presidencial de Chile Vamos Sebastián Piñera. A esas alturas ya se realizaban los primeros conteos de votos en los locales de votación, y las primeras proyecciones arrojaban que el ex Mandatario se aproximaba al 36 por ciento de los votos, muy por debajo de las expectativas que se habían generado en su comando, donde incluso no pocos abrigaban la esperanza de imponerse en primera vuelta.
Piñera monitoreó los primeros resultados en el piso 22 del hotel, con un grupo reducido de asesores y parlamentarios, entre los que se encontraban Alberto Espina y Nicolás Monckeberg. Antes de que se entregaran las primeras cifras oficiales, en el piñerismo ya ponderaban como las grandes sorpresas de la jornada la alta votación de Beatriz Sánchez y el protagonismo que adquiría el diputado ex UDI José Antonio Kast con su cuarto lugar en la grilla presidencial. Además, vaticinaban que el ex Mandatario no superaría el umbraldel 40%.
A medida que avanzó la tarde, Piñera se mantuvo en un 36%. Pese a ello, en el hotel todo comenzó a prepararse para festejar el primer lugar del abanderado de Chile Vamos, mientras miembros del comando y dirigentes de Chile Vamos realizaban los primeros análisis de los números, que apuntaron a resaltar que una diferencia de 14 puntos respecto a su inmediato perseguidor, Alejandro Guillier, representaba un triunfo para el ex Mandatario.
En esa línea, las primeras reacciones oficiales apuntaron a establecer un paralelo con lo ocurrido en la primera vuelta de 2009. En esa elección, Piñera obtuvo 44,06% de los votos, frente al 29,6% de Eduardo Frei. Según el análisis de los personeros de Chile Vamos, la suma de Piñera y José Antonio Kast -que a esa hora se empinaba con el 8% de los votos- equiparaba ese récord, mientras que la suma de Guillier, Sánchez, Marco Enríquez y Carolina Goic era similar al 55% que representaba la suma de Frei, Enríquez y Jorge Arrate en 2009, que luego en segunda vuelta el ex presidente DC no logró consolidar en un triunfo. De acuerdo a esta visión, Guillier debería enfrentar un escenario similar, dada la dispersión de votos que, creen, existirá en la centroizquierda.
Lo que no consideraba este análisis era la diferencia de votos entre ambas elecciones. En 2009, Piñera obtuvo 3.074.164 votos, que en segunda vuelta aumentó a 3.591.182 sufragios. Anoche, hasta el cierre de esta edición, el ex Mandatario obtenía poco más de 2 millones 350 mil votos, es decir, 700 mil votos menos que en la primera vuelta hace ocho años. Si se suman los 508 mil votos de Kast, en tanto, de todos modos Piñera obtendría cerca de doscientos mil votos menos que en aquel entonces.
ENCUENTRO CON KAST
Piñera se recluyó en el piso 22 hasta poco antes de las 21 horas, donde bajó hasta el segundo piso, donde lo esperaban cerca de mil personas y un escenario preparado para su discurso. “Queremos demostrar que estamos de fiesta”, decía el locutor del evento, mientras Piñera se instala junto a los principales dirigentes de Chile Vamos, que a esa hora conocían los primeros resultados parlamentarios, que posicionaban a RN como el principal partido del país y dejaban a la UDI en un complejo escenario.
En un discurso de tono triunfalista, Piñera aseguró que “esta noche hemos logrado un gran resultado electoral y sobre todo hemos abierto las puertas que nos conducirán hacia los tiempos mejores”, y remarcó el paralelo con lo ocurrido en 2009.
Acto seguido, hizo un guiño explícito a Kast, con quien protagonizó duros desencuentros durante la campaña. “Quiero agradecer también y en forma muy especial a José Antonio Kast”, sostuvo, antes de agradecer también a los otros candidatos que no pasaron a segunda vuelta.
La alta votación de Kast abrió un escenario incómodo para el piñerismo, donde se había diseñado una estrategia de campaña que más que hablarle al electorado de derecha dura apostaba por abrirse hacia el centro. De hecho, el plan para segunda vuelta contemplaba reforzar dicho énfasis. Anoche, sin embargo, había distintas visiones al interior del comando: mientras algunos apuntaban por mantener la hoja de ruta y concentrarse en ir a conquistar el cerca de 6% de votos que obtuvo Goic, otros aseguraban que no se podía desdeñar lo que a partir de ayer representaba el parlamentario. En esa disyuntiva, aseguraba anoche un miembro del comando, una opción a estudiar era instalar temáticas acordes a ambos sectores, no cerrando la puerta a ninguna propuesta pero evitando también aparecer dando un giro a la derecha. Todo, en el entendido de que la segunda vuelta será una disputa “voto a voto”, donde el margen de diferencia entre Piñera y Guillier no superará los tres puntos porcentuales.
Por lo pronto, Piñera designó al diputado UDI Ernesto Silva como puente para iniciar las conversaciones con Kast, que a hora celebraba los resultados obtenidos en el Hotel Los Nogales, mientras miembros de su comando adelantaban ya la intención de crear un movimiento político. “Entraremos en el espacio que ocupó la UDI hasta el surgimiento del lavinismo hace casi 20 años. Ahí se empezó a desperfilar por el lavinismo cosista, el bacheletismo-aliancismo, soy el gerente de la gente. Nada de eso tenía que ver con Jaime Guzmán”, señaló el historiador Gonzalo Rojas, vocero del comando.
A esas alturas, los comandos de ambas candidaturas ya se habían puesto en contacto para fijar un encuentro, que se concretó pasadas las 22:30 horas, cuando Kast llegó hasta el hotel Crowne Plaza.
En la cita, que se prolongó por casi media hora, Kast le pidió a Piñera defender los valores de la vida. Conocedores del diálogo entre ambos aseguran que el diputado se comprometió a sumarse a la campaña para segunda vuelta, pero “con autonomía”. Es decir, no estar bajo las órdenes de nadie ni tener oficina en el comando.
Al finalizar la cita, Piñera le agradeció a Kast su apoyo y le dio un golpe en el hombro. También se espera que, esta semana, ingresen integrantes de Ciudadanos al comando de Piñera. (La Tercera)