Desafíos de gobernanza- Julio Poblete

Desafíos de gobernanza- Julio Poblete

Compartir

Las noticias del Censo nos ilustran un escenario desafiante. La tendencia de concentración de la población en la Región Metropolitana se muestra estable y sin rastros de querer ceder terreno. A casi 50 años de la llamada “regionalización”, la RM sigue concentrando el 40% de la población y encabeza el aporte al PIB en una proporción casi equivalente. La lectura negativa de este fenómeno es la constatación de un proceso truncado de desconcentración poblacional y de oportunidades. Sin embargo, la mirada estratégica de las mismas cifras nos sitúa frente a un desafío ineludible de gobernanza metropolitana. Debemos hacer frente simultáneamente a seguir trabajando duro para potencial el desarrollo y las oportunidades en regiones, así como también debemos proveer a la metrópolis de los mecanismos necesarios para ser cada vez más atractiva, eficiente, equitativa e integrada. Los desafíos metropolitanos penden de una gobernanza inexistente que debe ser desplegada a la brevedad.

Serán justamente los problemas de movilidad, residuos, expansión versus densificación, segregación social urbana, y acceso a un medio libre de contaminación, entre otros, los que se irán agravando y compeljizando en su manejo, de no existir una estructura político – administrativa que se haga cargo de todas éstas temáticas.

La polémica por la apertura del relleno sanitario en Tiltil así como la negativa municipal respecto de la estación terminal del nuevo teleférico bicentenario en Providencia, solo es perfecta demostración de las tensiones regionales-locales. La visión local, genuinamente preocupada de su comunidad, no se acopla ni suma naturalmente a las necesidades del territorio. Esas decisiones de bien común no pueden depender del avenimiento voluntario de las partes a nivel local, sino de un mecanismo de gobernanza democrático y moderno, donde las decisiones se puedan tomar e implementar con visión de conjunto. Decisiones que bajo ningún punto de vista deben omitir un enfoque de equidad territorial así como tampoco dejar de contar con los indispensables espacios de negociación que permitan establecer las necesarias mitigaciones y compensaciones, si es que ellas aplicaran.

La postergación de los proyectos de ley de elección de intendentes así como de la transferencia de competencias al nivel regional son piezas importantes hacia una gobernanza metropolitana inteligente y democrática. La Política Nacional de Desarrollo Urbano dejó sentada las bases generales para poder avanzar decididamente en esta dirección; sin embargo, hace falta que la política la integre dentro de su agenda de prioridades.

El sesgo para la nueva institucionalidad metropolitana debe ser la orientación hacia el mejor gobierno de la ciudad, identificándola como objeto y materia central de su quehacer. El no reconocimiento de la ciudad como fenómeno central complota en contra de una adecuada gobernanza. (La Tercera)

Julio Poblete

Dejar una respuesta