El viernes pasado, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) informaba que la cifra de población efectivamente censada llegó a 17.544.033, sin embargo, esta no es la población total del país, ya que esa se conocerá de manera oficial una vez que el INE realice el proceso de conciliación censal durante el segundo semestre del próximo año.
Sin embargo, con los antecedentes entregados por el ente estadístico se puede adelantar algunos aspectos importantes del proceso. Uno de ellos fue el que entregó el director del Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales UC, David Bravo, quien señaló a Pulso que “con los antecedentes provenientes de las proyecciones de población más recientes se puede pensar en una tasa de omisión de 5% o algo superior, pero la cifra final provendrá de la conciliación censal, que es el proceso en que el INE y Celade trabajan con las estadísticas vitales, registro de salida e ingreso de personas del país”.
Estos antecedentes fueron compartidos por la ex jefe del Censo 2017, Ninoska Damianovic, quien subrayó que “la omisión en este proceso fluctúa entre los 4,5% y 5,5%, que equivale a unas 800 mil personas, pero puede fluctuar entre 750 mil y 1 millón de personas”. Es decir, la población total del país, considerando el proceso de conciliación censal llegaría a 18,3 millones de personas, pero con un margen de fluctuación que podría llegar a 18,5 millones.
Tomás Flores, académico de la Universidad Mayor, concordó con estos cálculos y añadió que “esta brecha es la que aparecerá cuando se realice la conciliación censal”. Asimismo, dijo que “para este tipo de censo esta tasa de omisión es más alta de lo normal”.
En este punto, de acuerdo a lo señalado por Bravo, la omisión deseable era inferior a 5%, e incluso cercana al 3,8%, tal como fue en el proceso de 2002, o al 1,9% de 1992 o al 1,5% de 1982.
Pese a esto, Damianovic dijo que si bien “la omisión arrojada no es de la calidad de censos anteriores hasta 2002, es una buena información la que se logró”.
¿Qué es la conciliación censal? Según la CEPAL, la conciliación demográfica es el proceso donde se realizan ajustes en las estimaciones del nivel y estructura de la mortalidad, de la fecundidad y de la migración con el objetivo de lograr coherencia con las cifras censales de población.
De acuerdo a una presentación que hizo el INE en agosto de este año, se señaló que este proceso de conciliación censal demográfica permite estimar la tasa de omisión de la población y con ello realizar la estimación de población total. En ese sentido, precisó que el dato final que responde a cuántos somos, considera la población censada más la población omitida. A partir de la población estimada total, se actualizan las proyecciones de población. “Todo Censo conlleva algún nivel de omisión censal, es decir, personas que por diversos motivos no pudieron ser censadas”, explicaron esa presentación.
OTROS PUNTOS RELEVANTES
Damianovic afirmó que si bien el tema de la omisión del Censo es importante, no es lo único que se debe mirar para analizar los datos, ya que también se debe poner el foco en la distribución de la omisión, puesto que “si sólo la omisión se concentra en algunos lugares estamos mal, pero si es relativamente pareja no hay problema”.
Por ello, para la experta en estadísticas “es más importante conocer como es el comportamiento de las comunas, eso es más importante para saber si el Censo fue bueno o malo”.
Añadió que también es importante conocer el comportamiento de los grupos etarios. “Me llamó la atención que el grupo de 5 a 9 años es más grande que el grupo de 10 a 14. Esto es raro, ya que la fecundidad siguió bajando”. Otra cosa que le llamó la atención a Damianovic es que el índice de masculinidad también fue un poco menor. “Esto se debió a que este censo al ser de un mix entre Censo de hecho y de derecho afectó el tema de los hombres. Y esto tiene que ver porque el Censo no se levantó en un día, sino que en mucho más tiempo, y por ello, como la gente estaba trabajando y no en sus casas no había un mayor control respecto de los hombres”. (Pulso)
