El precio del petróleo en Estados Unidos cayó este lunes por debajo de la barrera simbólica de los US$50 por barril.
Es la primera vez que esto ocurre desde abril de 2009.
El valor del crudo estadounidense, conocido como WTI (West Texas Intermediate) está a menos de la mitad del que tenía hace seis meses.
Otro de los precios de referencia del petróleo a nivel mundial, el llamado crudo de Brent, o del Mar del Norte, se cotizó el lunes a US$53, también experimentando una tendencia a la baja.
Los inversores están preocupados que una combinación de un exceso de oferta de crudo en el mercado y una débil demanda por cuenta de la recesión global podría llevar a nuevas reducciones en el precio del petróleo.
MENOS APETITO
La producción en Estados Unidos ha aumentado sustancialmente en los últimos años por cuenta del uso del método de «fracking», que ha convertido a regiones como el estado de Dakota del Norte y Pensilvania en grandes productores.
Sin embargo, el aumento en la actividad petrolera ocurre justo en momentos en que muchas economías globales, desde Europa hasta China, han disminuido su antes voraz apetito por el petróleo.
Esto, combinado con la decisión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de continuar extrayendo petróleo a su ritmo actual, ha dejado preocupados a muchos inversores.
Lo que a su vez ha llevado a que las acciones de las principales empresas petroleras, desde BP a Exxon Mobil, hayan experimentado fuertes caídas en los últimos meses.
LÍOS FISCALES
Como señala el reportero de la BBC Russell Hutton, los analistas predicen una ola de fusiones y adquisiciones en las empresas petroleras, con compañías aferrándose a acuerdos de rescate y con una caída el valor de las acciones que puede generar gangas para los depredadores que tengan los bolsillos más grandes.
También se teme que la caída en los precios globales de petróleo provoque serios aprietos fiscales en varios de los principales países productores como Venezuela y Rusia, naciones que dependen en buena medida de las exportaciones del crudo.
Pero como indica María Esperanza Sanchez de BBC Mundo, para países que importan petróleo, como los países centroamericanos o Chile, la caída de los precios es una gran noticia.
Chile es quizás uno de los mayores beneficiarios, ya que depende en buena medida de la producción de cobre, que requiere un alto consumo de energía.
Bolivia, que mantiene un programa de subsidios al consumo energético, podrá al menos reducir sus gastos por este concepto.
Y por supuesto están los países de Centroamérica y del Caribe, que son en su mayoría pequeñas economías importadoras de petróleo, y que por lo tanto también se beneficiarán.
De manera que la caída de los precios es una bendición para unos, pero un verdadero dolor de cabeza para algunas de las economías más importantes de la región, indica María Esperanza Sanchez, de BBC Mundo.