Se inició la discusión del presupuesto 2021. Desde la oposición hemos advertido problemas e insuficiencias.
Primero, débiles medidas económicas. Reactivar es el gran objetivo. Las obras públicas son un buen instrumento. Se anuncian 2.500 proyectos, sin explicitar el listado, localización, ni estado de inversión. Tampoco aparece claro el apoyo al empleo. No se conoce el diseño del Subsidio Sence (MM US$ 2.200), aprobado por vía administrativa. Fosis e Indap reducen sus recursos, pese a lo acordado.
Segundo, falta de transparencia. Hay maniobras contables para disimular recortes. Por ejemplo, en Medio Ambiente se abulta la partida con el programa de residuos sólidos, que correspondía a la Subdere. Se transforma así un -12,2% en +0,8%. Lo mismo sucede en otras reparticiones. También preocupa el destino de los MM US$ 2.270 derivados de la evaluación de programas. Si financian gastos permanentes se afecta la sostenibilidad, o bien se están ocultando recortes definitivos. Ello es cuestionable en casos como infraestructura educacional, donde las necesidades existen, pero se reparó en la falta de un catastro.
Tercero, incertidumbre en la ayuda social. En 2021 deberemos combinar reactivación, medidas sanitarias y apoyo social. Sin embargo, parecen no considerarse los rebrotes. Hay continuidad en los Subsidios de Cesantía y en el Fondo de Prestaciones Familiares. En lugar de provisionar, se opta por dejar el asunto a futuras reasignaciones.
Cuarto, riesgo de arbitrariedad. Se anuncia la creación de fondos para vacunas, cultura, pymes, salud mental y listas de espera. No hay información sobre cobertura, mecanismos de uso, costos y localización. Los MM US$ 5.500 del Fondo Covid no disponen de explicación, ni obligación de informar, ni diseños, ni se describen las líneas de gasto. Apoyamos la flexibilidad, pero no a costa de improvisación y opacidad.
Quinto, falta una mirada de futuro. Falta audacia para apostar por el hidrógeno verde y la innovación. Solo así se explica el exiguo presupuesto en Ciencias; la disminución de becas de posgrado, la merma en los recursos para las universidades estatales y G9, la persistente postergación de la educación pública, a todo nivel, y de la cultura, indispensable para recuperar el alma de lo vivido en los últimos meses.
Son aspectos que deben ser suficientemente explicados y corregidos. Queremos un presupuesto sostenible y transparente, que mire a 2021 y al futuro, con un potente énfasis reactivador, particularmente con las pymes, y, también, con ayuda social suficiente y oportuna para enfrentar rebrotes.
Carlos Montes
Senador PS
