La Presidenta y el gobierno se precipitaron a celebrar la votación del Frente Amplio sumándola, apresuradamente, al caudal electoral de Guillier. Se la vio cómoda con la derrota de la Nueva Mayoría, con el pálido 22% de su candidato. Alejada definitivamente de las exitosas aguas de la Concertación y astralmente ajena a cualquier responsabilidad en el magro resultado de su coalición. Ella parece haber cruzado al Frente Amplio (FA).
Toda la innegable simpatía, cercanía y fama televisiva del senador no fueron suficientes. Su votación más la de Goic, llega al 29%, la menor votación de la historia de la Concertación-Nueva Mayoría. No da para interpretar la elección como un apoyo a la Presidenta y sus reformas, ni siquiera sumando toda la votación menos la de Piñera y Kast.
El Frente Amplio y las candidaturas menores no apoyan las reformas de la Nueva Mayoría por insuficientes. Otros votaron como manifestación de sus quejas y problemas, porque quedaron encantados con la empatía de Beatriz Sánchez o con sus ofertas de soluciones mágicas, o simplemente rechazaron a la derecha y sus candidatos o sintieron cierta frialdad y lejanía en sus propuestas ¿Quién puede estar en la mente de los votantes?
Veamos como ejemplo el tema pensiones. Las jubilaciones son malas. Urge mejorarlas. El FA exige a Guillier eliminar las AFP. ¿Mejora eso las pensiones? No, porque eso no aumenta los fondos disponibles para pensiones.
La mejora en las pensiones propuesta por Beatriz Sánchez no se fundamenta en eliminar las AFP, se basa en subir las cotizaciones del ¡10% al 18%! Con esa alza cualquier sistema mejora las pensiones. De hecho, con el sistema de AFPs ¡las pensiones subirían 80%!
¿Por qué no lo hacemos entonces? Porque esa alza en cotizaciones tendría muy negativas consecuencias sobre los salarios, empleos, exportaciones y desarrollo económico. Este es un ejemplo claro del voluntarismo del Frente Amplio, eso de creer que todo se puede sin medir costos. Es difícil no pensar que muchos votaron por el FA más por la promesa de una quimérica mejora de pensiones, que por una sesuda elección del sistema previsional que quieren.
La Presidenta, convertida de hecho en jefa de campaña de su candidato, apoyada por la afilada vocera de gobierno, junto al propio candidato Guillier y su discurso ambivalente, dan ahora a entender que la Nueva Mayoría tiene “grandes coincidencias” con el Frente Amplio, son “casi” lo mismo, pero con más o menos gradualidad ¿Es así?
Beatriz Sánchez celebra a Cristina Kirchner, ¿está de acuerdo la NM con ese desprecio por la realidad y admiración por el fracaso? ¿Está de acuerdo en dar absoluta prioridad en el gasto social a los estudiantes de educación superior? Porque eso de condonar el CAE no es solo un problema de recursos, como dijo el senador Guillier. Es un problema de prioridades ¿es justo que el Estado prefiera esa condonación a gastar en los pobres, los niños Sename, los escolares, etc?
El senador Guillier, con la NM en decadencia, se da vuelta y vuelta. Que condonación del CAE sí, que no, que AFP sí y no. Si sigue las ideas de la NM, puede perder y si se rinde al FA, también pierde porque la NM será comida por el Frente. ¿Será la mejor carta presidencial para Chile? (La Tercera)
Bernardo Fontaine