No es lo mismo lo popular que el populismo. Eso afirman en el gobierno respecto del debate público que se abrió a raíz de las declaraciones del exministro de Economía José Ramón Valente, quien señaló el domingo pasado en El Mercurio que “si hubiese sucumbido a las presiones por ser más populista y salir a la calle a demonizar a los empresarios, quizás seguiría en el gabinete”.
Sus dichos generaron profunda molestia en La Moneda, desde donde transmitían que Valente “habló desde la herida” por haber salido del cargo. Sin embargo, más allá de eso, las preguntas sobre si hay o no populismo en el Ejecutivo y si es que se dejan llevar por las encuestas, dejando de lado su programa de gobierno, quedó instalada.
En el Ejecutivo lo desestiman y explican que si bien han recogido propuestas que tienen altos niveles de “popularidad”, aseguran que están lejos de ser populistas. Esto, porque dicen que siempre son medidas que se hacen “con responsabilidad” en el uso de los recursos públicos, en línea con el programa de gobierno, y no solo por “darle el gusto a la gente”. Si bien reconocen que las encuestas de opinión son uno de los factores que se consideran a la hora de tomar las decisiones, recalcan que no es lo más importante y que es solo un elemento más.
La Moneda ha estado en más de una oportunidad en la mira, ya sea por acciones del Presidente Sebastián Piñera o por medidas que han recogido y que no estaban incluidas en el programa, pero que cuentan con un alto respaldo ciudadano. Por ejemplo, en marzo de 2018, cuando Piñera asumió el gobierno, estaba instalado con fuerza el movimiento feminista y la lucha contra la violencia de género. Por esos días, hubo movilizaciones – que según las encuestas tenían más de un 50% de respaldo ciudadano-, y el Mandatario quiso hacerse cargo del tema dando a conocer una serie de medidas. Si bien la materia estaba considerada en su programa de gobierno, lo tomó con mayor énfasis, realizando, incluso, su primera cadena nacional.
A esto también se sumó cuando decidió -pese a la resistencia oficialista- hacerse cargo de la discusión de identidad de género, ingresando una indicación al proyecto que se tramitaba en el Congreso. Esto, luego de que el tema se instalara en la opinión pública por el triunfo en los premios Oscar de la película Una Mujer Fantástica, protagonizada por la actriz transgénero Daniela Vega.
Así se ha repetido en otras ocasiones, por ejemplo, con el proyecto de imprescriptibilidad de los delitos sexuales. En un inicio, el Ejecutivo barajaba extender a 30 años la prescripción de los delitos. Sin embargo, decidió que no haya un plazo determinado y que las causas puedan ser investigadas siempre, pese al paso de los años. Y, justamente, en este caso el gobierno pone como ejemplo que si bien se apoyó una medida que era “popular”, no se cayó en el populismo, ya que durante la discusión que se dio en el Congreso la oposición buscaba que la ley fuera retroactiva, pero el Ejecutivo se opuso, porque sería “inconstitucional”. Esto, pese a que era -dicen- lo que “todos querían”.
Otro episodio que ha provocado que desde la oposición se haya acusado “populismo” fue cuando Piñera se trasladó a Cúcuta para entregar ayuda humanitaria a venezolanos.
En Chile Vamos, en tanto, algunos parlamentarios comentan en privado que ha habido otro tipo de “acciones que bordean caer en una publicidad innecesaria”, por ejemplo, cuando el Mandatario realizó patrullajes aéreos en materia de seguridad. Además, mencionan el decreto que firmó esta semana y que permite a las Fuerzas Armadas colaborar en las fronteras para combatir el narcotráfico y el crimen organizado. Las mismas fuentes dicen que son episodios que se podrían “evitar”, pero que entienden que se hacen porque tienen alta “aceptación ciudadana”.
Al interior del oficialismo también ha surgido otro debate, que va en línea -sostienen- con la discusión de si hay populismo o no: en el sector consideran que a veces el gobierno se ha salido del programa, cediendo a ideas de la izquierda, como ocurrió -afirman- en el debate que se generó sobre la administración del 4% adicional que propone la reforma previsional. En esa discusión, la centroizquierda impulsó la idea de dejar fuera a las AFP y que ese porcentaje sea administrado por un ente público, mientras que el oficialismo buscaba mantener que las personas tuvieran la libertad de elegir.
Pese a todo, en Chile Vamos aseguran que el gobierno no ha sido populista. “Hay, obviamente, cosas que son más populares que otras, pero eso no significa ser populista. Nosotros planteamos como Chile Vamos que el gobierno tenía que ser cuidadoso con no desnaturalizar los proyectos (…). En algún momento hubo preocupación, pero hoy podemos decir que eso no sucedió”, asegura el jefe de bancada de RN, Alejandro Santana, mientras que su par de Evópoli, Luciano Cruz-Coke, añade que “no hay que descuidarse de la pandemia populista que ha contagiado democracias sanas en el mundo y de la que Chile está bastante aislado aún”.
Por su parte, el exabanderado presidencial José Antonio Kast indica que no ve populismo, pero sí “he visto que el gobierno cede a las encuestas” y que “le ha faltado carácter para llevar adelante una baja de impuestos o un reforzamiento del sistema previsional”.
La Tercera/Agencias