Se estima que para estas campañas presidenciales, los candidatos podrían llegar a desembolsar entre US$5 y US$8 millones ($3.190 y $5.104 aprox.). Pese a que es un monto elevado, si se compara con otros países de América, como Estados Unidos o Argentina, es un valor pequeño ya que en éstos pueden llegar hasta los US$3.000 y US$16 millones, respectivamente.
Por ley, los ocho candidatos que aspiran a La Moneda tienen un máximo de hasta $5.600 millones para gastar en su propaganda, que se extenderá por 28 días, entre el 20 de octubre y 16 de noviembre.
El director de la Escuela de Publicidad de Universidad Diego Portales, Cristián Leporati, señala que ese monto «es barato (en comparación con otros países), porque es un país más chico, con una concentración de medios. Por lo tanto, puedes llegar a gran parte del electorado rural y urbano, si se hace, por ejemplo, sólo campaña por televisión».
«En Argentina, hay mucha televisión de pago y son más de 80 canales, entonces ahí hay que invertir mucho», completó.
Por su parte, la académica de la Universidad Mayor Maricarmen Estévez, indica que a «veces son gastos reservados, ellos declaran muchas cosas, pero seguramente por debajo hay otras platas que no se sabe que gastaron. Esto es carísimo, una brutalidad».
Además, ambos publicistas se refirieron a la polémica generada por Carolina Goic (DC) y Alejandro Guillier (PC, PS, PPD, PR, IC y MAS), tras sus críticas a la banca privada por negarles préstamos para financiar sus campañas, y que luego el Servicio Electoral (Servel) publicó el «Manual de Consulta sobre Financiamiento y Gasto Electoral para las Elecciones Presidencial, Parlamentarias y de Consejos Regionales 2017».
¿Influyen las quejas de Goic y Guillier en su estrategia comunicacional?
Cristián Leporati, director de la Escuela de Publicidad de Universidad Diego Portales señala que en Chile, los mismos políticos en el Congreso aprobaron una ley que los limita a ellos en sus capacidades de difundir.
El problema de eso es que se hizo en un contexto de mucha crítica a la política, se hizo de forma rápida y ahora se están dando cuenta que efectivamente no les alcanza y particularmente candidatos que no son tan conocidos.
La ventaja de Piñera es que él ya fue gobernante, es una persona reconocida y también se está sometiendo al gasto electoral que hay que someterse por ley con el techo que tiene, pero con la diferencia que él ya tiene un posicionamiento y una reputación que ya está construida, por lo tanto, posicionarse es mucho menos difícil que los candidatos nuevos como Beatriz Sánchez.
Yo entiendo que en el fondo lo que están haciendo ellos es reclamar una ley que ellos mismos aprobaron. Sí entiendo que están haciendo un manejo de comunicación política tratando de sacar una ventaja de esta debilidad, una ventaja de ir en contra del poder oligárquico tradicional que hay en Chile y de esa forma pegarle a Piñera.
Esta polémica refuerza la posición de los seguidores de Guillier y Goic y punto. No creo que con eso vayan a capturar votos distintos, solamente refuerza un pensamiento.
Maricarmen Estévez, académica de la Universidad Mayor, señala que «las campañas propagandísticas tienen todas las características de una campaña de producto que se pasó al marketing político
Por lo tanto, las estrategias comunicacionales son esencialmente de marketing: de qué manera yo manejo a este candidato como si fuera un producto, lo formateo bien, y qué necesidades ven las personas en términos de lo que va a decir, mostrar y cómo serán.
El no tener plata sí influye, porque no tienen visibilidad, pero hay tantas otras estrategias. Yo a veces desconfío de las cosas que se dicen, porque algunas son estrategias comunicacionales dentro de la estrategia, como el decir ‘no tengo plata’, y eso me permite estar en los medios, es una manera muy buena de estar presente.
Siempre cuando hay una declaración, veo qué es lo quiere: causar pena, empatía, que es la misma realidad que vivimos todos que cuando necesito plata el banco no me da porque soy un don nadie, entonces yo lo miro con cierta reserva que puede ser parte de una estrategia. (Emol)