La respuesta a esta simple pregunta, debiera servir para orientar muchas de las decisiones de los partidos y las coaliciones que elucubran sus estrategias y definiciones con miras a la elección presidencial del próximo año. Los partidos, sin duda, son protagonistas de esta decisión, pero los tiempos en que lo podían resolver entre cuatro paredes sacando cuentas de que es lo que más le convenía al partido, se acabó.
En el caso de Chile Vamos se agrega el hecho de que cuenta entre sus filas con el liderazgo que atrae mayor apoyo entre los chilenos. El expresidente Sebastián Piñera. Por lo que en algunos puede existir la tentación de creer que eso es suficiente para cerrar filas en torno suyo, evitando procesos que son necesarios y útiles para construir un proyecto político que trascienda a una simple candidatura.
Sobre todo, si la expectativa de ser nuevamente gobierno está golpeando la puerta, el mínimo de responsabilidad en la derecha la debe llevar a no cometer errores que pongan en duda tanto su éxito electoral, como la unidad necesaria para hacer frente al desafío de ser gobierno. Veamos al menos dos pistas para ver quien decide realmente al candidato único en Chile Vamos.
Primera pista: saber leer el ánimo de los electores, sea del total o de los electores más identificados con el sector. En el electorado de derecha el malestar contra sus partidos y dirigentes existe, y va a ser parte del debate en torno a quien será su candidato presidencial, este malestar es sólo superado por el rechazo que les provoca el gobierno de la Presidenta Bachelet, en gran parte el fracaso de la actual administración se basa en no saber escuchar a tiempo y corregir los errores de diseño e implementación de las reformas, que le han ocasionado un daño severo a la economía y el desarrollo del país, afectando de manera negativa la vida diaria de las personas. El estado de ánimo dominante en la sociedad chilena es el del malestar, por eso es importante actuar con responsabilidad en las decisiones políticas, no hay margen para equivocarse ni para intentar anteponer el interés partidista o personal por sobre este sentimiento y necesidad de un cambio profundo en la dirección del país.
Segunda pista: las primarias han llegado para quedarse, es un dato que cualquier candidato único de Chile Vamos o la Nueva Mayoría solo saldrá de una primaria. La legitimidad de ser elegido candidato mediante este mecanismo se ha ido instalando en nuestra cultura política, y los ciudadanos la valoran doblemente primero porque les da el protagonismo que les corresponde ene esta decisión y segundo porque obliga a los candidatos a escuchar con atención sus demandas y necesidades.
Si Chile Vamos y sus partidos entienden que los candidatos presidenciales hace ya tiempo que son elegidos por la ciudadanía, expresando su apoyo en encuestas o primarias, podrán entender también que es hacia ellos a quienes deben dirigir su trabajo y esfuerzo, y que sólo siendo exitosos en conectar con los electores es que tienen reales posibilidades de ser candidatos. (La Tercera)
Gonzalo Müller
